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LA INQUiSICIÓN
edad de cuarenta y siete año·s. Pregüntado si sabe,
presume ó sospecha la causa para que ha sido traído
á
este Sancto Oficio de la cárcel· donde está preso,
dijo: que á este Sancto Oficio remitió ayer vej.nte y
nueve de este presente mes un papel escrito de su
letra y firmado de su nombre, con un hombre pe–
queflo de cuerpo, · cano, que dijo ser ministt·o del
Santo Oficio, y no le sabe el llombre, y si lo ve lo
conocerá; y lo que contiene el dicho papel es lo que
viene á declarar y á Dios y las leyes.
Fúéle dicho que antes de leelle dicho papel, diga
en süstancia lo que contiene.
Dijo que por el año pasado de seiscientos y treinta
y cinco, un día en la noche,
á
las doce della, poco
más 6 menos, posando este declarante en las casas
del señor arzobispo, por el mes de rnarzo del dicho
año, habiendo est.ado entretenido en su cuarto con
los criados de casa, que ya sehabíandespedido, tuvo
necesidad este declarante de hablar
á
don Fernando
Arias, sobrino del dicho arzobispo, · que tenia su
cuarto arriba en la sala, como se entra en ella
á
ma–
no derecha, junto del cuarto ó vivienda del licenciado
Diego López de Lisboa, mayordomo del dicho arzo–
bispo, clérigo presbítero, y entrando en la sala pri–
mera del dicho cuarto, que tiene su puerta á la . ala
principal, no halló al dicho don Fernando Arias, por-
. que estaba fuera de casa, y queriéndose salir este
declarante por estar solo lodo aquello , sintió rnido
de azotes en el enarto del dicho Diego López de Lis–
boa, que es el que corre derecho la calle arriba con
la sala principal del dicho sefíor arzobispo, y lle–
gándo e este declarante muy quedo á la puerta del
cuarto del dicho Diego López, miró por el agujero de
la llave de la cerradura de la dicha puerta, que estaba