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dia se lo diría; con lo cual este declarante se salió y
se fué
á
comer con- el señor Arzobispo, porque le
llamaban, que hora era ya de comer; y nunca más
vió después de lo
refer~do
otra cosa alguna que de–
cir del dicho Diego López.
Preguntado cómo este declarante ha tenido oculto
un negocio tan grave y contra nuestra santa fe cató–
lica, y tanto tiempo, desde maczo del aflo de seis–
cientos treinta y cinco hasta agora, sin declararlo
en este Sancto Oficio, habiendo, como hay, tan gra–
ves censuras contra los que no declaran las cosas
que saben tocantes á la fe, dijo que inadvertidamen-te
y por descuido no lo ha declarado, y que habrá dos
meses que dijo á Villa Real, el cirujano, y luego dijo
que á Pedro Rodríguez de Mendoza, yerno del dicho
Villa Real, que qué orden tendría para hacer en este
Sancto Oficio una declaración sin decille lo que
era ni contra quien; y el dicho Pedro Hodríguez le
dijo
~
este ueclarante que viniese acá, porque
el portero Je daría la orden que había de tener
para entrar, ó que el dicho Pedro Rodríguez le
llevaría la órden que había de tener; y nunca
más le he visto, por andar retraído este declaran–
te, y después por haber estado preso. Habrá vein–
te días,
y
ansirnismo hablando· en la cárcel este
declarante con Pedro de Montes, y lo que le dijo que
tenia que hacer una declaración en e..ste Sancto Ofi–
cio, sin decille lo que era, ni contra quién, habrá
doce días, estando ya en la cárcel, el cual le dijo á
este declarante que lo que tenía que declarar lo es–
cribiese en un papel y lo enviase á este Sancto Ofi–
cio, cerrado y sellado, y así aquel mesmo día escribió
este declarante en un papel la dicha declaración y lo
cerró con una cubierta y lo intituló para este Sancto