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LA INQUISICIÓN
·dicho «no es menester misa, que Dios no come sinó
corazones>>; (8.
0 ,
en un memorial que invió al Sancto
Oficio un clérigo contra este · reo, que notoriamente
era su enemigo porque le había dado de mojicones
y bofetones, como lo dicen dos testigos) que_ repren–
diendo al reo porque comía carne en cuaresrna, ha–
bía respondido que él 'no vivía en ley ele achaques;
(9.
0 ,
un testigo) que estando ensalmando á ·un enfer–
mo, había dicho el reo que ninguno á quien él en–
salmase era posible qtre se muriese; y que los que
mandaban que no curasen por ensalmos no sabían
lo que se maridaban; (10, un.testigo) que cu ró el reo
á un hijo suyo de un dolor de muelas con letras y
palabras supersticiosas, y dijo que no podía Dios
criar mejor cosa que aquella; (11, un testigo) y que
estándole rogando por cierla persona, habia dicho:
«no me rogueis por ese bellaco, que le he hecho más
bien queDiosle pudiera hacer.»
Vista esta información en consulta, paresció que
este reo fuese .preso con secresto de bienes; en esta
consulta no se halló el inquisidor Ulloa, porgue fué
á '14 ele marzo del añ'o ele 1570
y
no ·era venido aún
el dicho inquisidor.
Paresce que fué grande resolución la que en este
negocio se tomó, porque por la testificación dicha no
se podía prender á un hombre, mas en particular por
la Inquisición á donde las prisiones han de ser tan
miradas
y
consideradas cuanto .por las instruccio–
nes se encarga, cuanto más á un hombre
co- ·
mo éste que, aliende de ser.hombre de setenta ai\os
y que había servido mucho al
Hoy
en esta tierra
y
con grande fidelidad, era gobernador por Su Ma–
jestad de las provincias de Tucumán
y
bien na·–
ciclo, y traerle preso por la Inqui sición desde aque-