EN EL RÍO DE LA PLÁTA
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quien comunicar y tratar las cosas que tiene confe–
sadas en su ley, para que dándole razón que satisfa–
ga á sus fundamentos, pueda elegir lo que le eon–
venga: con lo cual se recibió la causa á prueba.
«Por auto de 12 de Octubre del dicho año de 627,
se mandaron llamar los calificadores deste Santo
Oficio,
y
en 26 del dicho vinieron el padre maestro
fray Luis de Bilbao, del Orden de San't.o Domingo,
catedrático de Prima de teología desta Universidad;
el padre Andrés Hernández, de la Compañía de Je–
sús) maestro de todos los hombres doctos deste reino.,
en la dicha facultad; fray Alor;¡so Brioeño, letor ju–
bilado en teología, de la -Orden de San Francisco,
y
el doctor Pedro de Ortega, canónigo magistral de la
Catedral de Lima y catedrático de Vísperas de teolo–
gía, ' con los cuales, en presencia de los inquisido–
res, trató y comunicó el reo (babiéndosele dado una
Biblia) todo lo que quiso,
y
propuso las dudas
y
di–
ficultades que se le ofrecieron, por espacio de dos
horas,
y
satisfaciéndole á todo los dichos calificado–
res y procurándole enderezar en el camino de nlles–
tra santa fe, estuvo endurecido
y
pertinaz el reo, di–
ciendo que quería morir en la creencia de la ley de
Moisés.
«En audiencia de 29 del dicho año de 27 pidió una
Biblia y algunos pliegos de papel el reo, para pro–
poner sus dificultades á los calificadores, mandán–
dosele dar cuatro pliegos, rubricados,
y
la Biblia;
y
en 15 del mes de Noviembr.e los volvió todos escritos
de letra muy menuda.,
y
se mandaron entregar á los
4· Los datos biográficos de estos calificadores del Santo Oficio,
todos, sin duda alguna, hombres de los más distinguidos de su
tiempo,
los encontrará el
lector en las páginas 87-88 de nuestra
Inquisición en Chile.