EN EL RÍO DE LA PLATA
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ciendo los demás actos de cristiano, teniendo por
buena la dicha ley de Jesucristo y pensando salvar–
se en ella, porque no tenía luz de la ley de Moisés,
dada por Dios, hasta que habiendo leído al Burgen–
se en el libro que escribió de
Scrutinio Scripturarum,
algunas cuestiones que Saulo proponía por la ley
de Moisés y Pablo respondía por la ley de Jesucris–
to, no le satisfaciendo las soluciones de Pablo, pre–
guntó el reo á su padre, cómo diciendo el primer
mandamiento del Decálogo que no adorasen seme–
janzas, sinó á sólo Dios, los cristianos adoraban las
imágenes, y que su padre babia dicho al reo que en
aquello vería que la ley de Jesucristo era diferente
que la de Moisés, dada por _Dios y pronunciada por
su misma boca en el monte Sinay. Con lo cual el
reo pidió
á
su padre le enseñase la ley de Moisés, y
'su padre le dijo que tomase la Biblia y leyese en
ella, y le fué enseñando la dicha ley de Moisés, y le
dijo que él la guardaba, y que de miedo de la muerte
babia dicho que quería ser cristiano, y le habían re–
conciliado; y que desde
~quel
tiempo se apartó el
reo de la ley de Jesucristo, y la tuvo por mala, y se
pasó á la ley de Moisés, á la cual tuvo por buena,
para salvarse en ella, sabiendo y entendiendo que
era contraria á la de .Jesucristo, y no se había apar–
tado de la dicha ley de Moisés desde entonces, que
sería de edad de diecinueve años; y que aunque ha–
bía oído misa, confesado y comulgado, lo haeía por
encubrirse y no por entender que fuese necesario para
la salvación de su alma, y cuando confesaba al sa–
cerdote sus pecados, en su mente-los estaba confe–
sando á Dios y no al sacerdote, y sólo decía los que
había cometido contra la ley de Moisés 'y no contra
la ley de Jesucristo, porque no tenia por necesaria