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LA INQUISICIÓN
los cristianos, porque la ley de Moisés manda no
juren por dioses algunos,
y
que el Dios que adoran
los cristianos es Jesucristo, á quien el reo no conoce
por Dios, ni le conocen por tallos que guardan la
ley de Moisés, como él, y que por el Dios qué reve–
rencian los judíos juraba de deqir la verdad, como
lo tenía dicho; y clió su genealogía en forma;
y
pre–
guntado por la calidad, dijo que era judío y gnarcla–
ba la ley de Moisés, como la guardaron su padre y
abuelo, y que el dicho su padre, después de paber
salido reconciliado por este Santo Ofici'o, le elijo en .
el Callao, queriéndose partir al Tucumán el reo, y
muchos días antes, que era judío y guardaba la ley
de Moisés, y que el reo la guardase y leyese en la
Biblia y los Profetas, y en ello vería la verdad;
y
que por parte de su padre eran todos ele casta y ge–
neración ele judíos, y que su padre le había dicho
que su abuelo
y
todos sus ascendientes habían sido
judíos
y
muerto en la ley de Moisés;
y
que por par-
. te de su madre, doña· Aldonsa Maldonado,
y
los
demás ascendientes della, era cristiano viejo;
y
que
le cristianaron y bautizaron en San Miguel de Tu–
curnán,
y
le confirmó en Córdoba ele Tucumán don
fray Fernando de Tl'ejo, obispo de aquel obispado, y
fué su padrino de confirmación Baltasar Galleg0s;
y
que hasta edad de dieciocho años se tuvo por cris–
tiano y confesaba y comulgaba en los tiempos que
manda la Iglesia,
y
otras veces entre año, y oía mi–
sa y acudía á los demás actos ele cristiano,
y
guar–
daba la ley ele Jesucristo; y que de la dicha edad vi–
no al Callao en busca de su padre, después que le
reconciliaron en esta Inquisición, y estnvo con él en
el dicho puerto más de afio y medio, guardando la
ley de Jesucristo, confesando y comulgando y ha-