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LA INQUISICIÓN
tenía siempre vivos, y que ansí lo había de decir
en este Santo Tribunal cuando lo llamasen; y dijo
que no comía tociqo, ni carne ninguna que tocase
á
carne de puerco, y que había ayunado cuarenta
días al Mesias prometido en la ley, por una herma–
na suya, y que al cabo dellos se la •había traído
á
sus ojos, y habiéndo estado un afío juntos, al
cabo dél la había dicho el reo- cómo por ella había
hecho el dicho ayuno, y la dijo el estilo que había
de tener para creer en ei verdadero Mesías; y que
la dicha su hermana no le había respondido pala–
bra,
y
algunos meses después le acusó ante el Co–
misario del Santo Oficio, y preguntó
á
la testigo por
bas llamando á Jesús, Maria
y
José. Ratificóse
y
añadió
y
dijo que
había visto que la reo con un palito sacádose sangre de las narices
y puéstola en
t,~n
trapillo, y preguntándola la testigo que para qué
era aquella sangre, decía la reo que se la daba al diablo para que
todo lo que pedía lo hiciese verdad;
y
que decía la reo que había
siete años que no conocía hombre, porque trataba en el dicho tiem–
po con el diablo, al cual guardaba lealtad por no enojarlo,
y
que
cuando hablaba con él le
dec~a
«mi alma querida>>,
y
otros muchos
requiebros,
y
aunque la testigo no había visto al demonio, habla te–
nido mucho miedo;
y
que había dicho la reo que cuando el diablo
la quería hablar, la daba un aire fresco en el rostro;
y
que cuando
quería, se ponía
á
ver el sol á medio día en punto,
y
puesta en
cruz, veía el cielo abierto
y
la gloria,
y
en el" sol veía toda la gente
como si fuera vidrio,
y
les
ve.ialas entrañas, porque era zahorí.
"Vista esta causa en consulta, en 6 de Septiembre del dicho año
de I63o, de acuerdo de todos los inquisidores que juntamente tie–
nen poder del Ordinario del Arzobispado de la Plata,
y
de acuer–
do de los tres consultores que se hallaron presentes, se votó á que
la reo saliese al auto, en forma de penitente, con insignias de hechi–
cera,
y
se le leyese s u sentencia con méritos, que abjurase
de tevt,
y
le fuesen dados doscientos azotes por las calles públicas,
y
saliese
desterrada de todo el distrito por diez años.
«En
27
de Febrero de I63I años se ejecutó dicha sentencia, en
auto particular que se celebró en la capilla desta Inquisición, y este
d!a se ejecutó ansimesmo la pena corporal de azotes,
y
después sa–
lió á cumplir la del destierro en el navlo llamado
'JI(uestra Seño-
1-a del <](osado».