168
LA
INQUISICIÓN
pues en una noche de las de la procesión de sangre,
dos hombres habían penetrado a la casa en que es–
taba hospedado y le habían oído que decía a los de–
mas que le acompañaba.n: «qué buena mano aquélla!»
sin que existiese demostración alguna de que se
hubiese estado jugando; · y que en la Plata, con el
objeto de ordenarse, había rendido una información
falsa para 'acreditar que era cristiano viejo, etc.
1
Apesar de lo que los Inquisidores lograron aco–
piar en esta causa, el arzobispo no retiró su confian–
za á López de Lisboa,
y
la Universidad de San Mar–
cos premió el mérito de su hijo nombrandolo
catedratieo de Prima de Canones, con cuyo motivo
repetían aquéllos al Consejo que «parecía cosa muy
peligrosa confiar la interpretación de los sagrados
cánones y materias eclesiásticas
y
de sacramentos á
personas de raíz tan infecta y sospechosa por si,
y
que podra dar a beber ponzoña en lugar de buena
doctrina á la juventud que le cursare.>>
2
Se ve, pues, que la protección de la mano po–
derosa del prelado fué la que salvó a Lópoz de Lis-
1.
Carta de los Inquisidores, de 1S de Mayo,de 1637.
Este es un documento del más alto interés para el conocimiento de
la familia León Pinelo, pues no sólo contiene datos muy curiosos de
López, sinó también de s'u mujer y de sus hijos Juan Rodríguez de
León, canónigo de Puebla de los Angeles, del licenciado Antonio de
León, autor del
Epítome
y
otros libros no menos famosos, y del
doctor don Diego de León Pinelo.
2.
Carta de 9 de julio de 16-47.
El Consejo coqtestó que se estuviese con cuidado re,.;pecto del
modo de proceder y doctrinas del doctor León.
Con motivo de la prisión de los portugueses, refieren los inquisido–
res t¡ue el vul_B'O y los muchachos «voceaban
y
clamaban, diciendo:
venga el judío de Diego López de Lisboa,»
y
fué cosa notoria que en
aquel tiempo á prima noche llegaba mucha gente á las ventanas del
dichÓ arzobispo y declan: ueche V. S. ese judío de su casa;n y un
bufón llamado Burguillos, viéndole entrar en la iglesia, llevándoel