EN EL RÍO DE LA PLATA
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Sería largo de contar la historia de los portugueses
presos en esa ocasión á pretexto de la llamada <<com–
plicidad grande» que concluyó al fin con el famoso
auto de fe de 23 de Enero de 1639, en el cual figuró
un argentino, cuya causa consta de un documento
enviado desde Lima por los inquisidores Juan de
Mafiozca; Andrés Juan Gaitán
y
Antonio de Castro
ydelCastillo,lacual, sin afiadir sinó lo que no nos in–
teresa muy de cerca, ni quitar palabra, vamos á tras–
cribir en las páginas siguientes, sólo con las nece–
sarias interrupciones para su máscabal inteligenciq. .
<<El bachifler Francisco Maldonadode Silva, criollo
de la ciudad de San Miguel en la provincia de Tu–
cumán destos reinos del Perú, residente en la ciudad
-de la Concepción del reino de Chile, de oficio ciru–
jano, hijo del licenciado Diego Núfiez de Silvp., mé–
dico, portugués,
y
hermano de Diego de Silva, re–
conciliado por este Santo 011cio;
1
fué testificado ante
el Comisario de la ciudad de Santiago de Chile, en
8 de Julio de 1626 aiios, por doiia. Isabel Maldonado,
de cuarenta años, hermana del reo, de que estando,
ocho meses había, en unos baños, seis leguas de la
dicha ciudad de Santiago, con el reo su hermano,
solos, la dijo el reo que en ella estaba su vida ó su
muerte,
y
diciéndole la testigo al reo que qué tenía
en que le pudiese servir que tanto se afligía, la dijo
el reo que la hacíasaber que él erajudio
y
guardaba
la ley de Moisés;
y
replicando la testigo qne cómo,
siendo su hermano, decía una cosa como aquella tan
mala., pues sabia que
á
los judíos los quemaba el
Santo Oficio y les quitaba sus haciendas,
y·
que le
engañaba, en lo que le decía, el demonio, porque la
1.
En el auto celebrado el ¡3 de Marzo de
16oS.
Véase nuestra
His–
toria de la Inquisición de Lima,
tomo
1,
pág.
33¡.