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la mañana, con sus ofici-ales y rninistros, que ya
á
esa hora estaban en la Inqui sición; al mismo tiempo
el alcaide y su ayudante dieron ele almorzar á los
penitentes, según que se les había ordenado. Acaba–
do esto, bajaron los seflores inquisidores al patio de
las cárceles secretas, donde fueron trayendo de las
cárceles los presos cada uno de por sí . se les pusie–
ron las insinias que estaba mandado lle\'asen; y ya
quo las tu vieron puestas, salió uno
ele
los seflores
inquisidores al patio de la Inquisición, donde esta–
ban esperando las personas quo les habían de acom–
paüar,
y
como vía el sellor inquisidor que dentro
quedaba inviándolos, los despachaba con toda orden
y concierto por la puerta afuera en procesión hasta
afuera. Por toda la plaza por donde ella había de an–
clar estaban los soldados de las compaiíia hechos ca–
lle, con sus arcabuces y cuerdas encendidas, con
grande silencio, sin que atambor ni pífano sonase,
porque ansi se les había ordenado . Dcsta manera pa–
só la procesión las callos seflalaclas, yendo hasta
ol tablado, y con ella el alguacil mayor y su ten iente
detrás con oteas ministros que les acompaüaban,
y
ya que estaban en él, llegaron á la puerta de la Inqui–
sición los Cabildos eclesiástico
y
seglar para ncom–
palwr á lo · sollores inquisidores, quienes luego .que
supieron
u llegada, salieron de la Inquisición
á
mula,
y
puestos en . u orden, según qno
.
H.
y
el
seflor Inquisidor general
y
el Con oju Jo m,andan, pa–
~eaeon
las mi
~mas
callo por donde pasaron los pe–
nitentes,
y
llegaron al tablado como
á
1<1S
siete
y
me–
dia,. donde habiéndose pne to debajo del
clo ~ oJ,
y
el
Cabildo eclesiástico sedo yacante
á .
u mano dore-