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LA INQUISICIÓN
en Portugal, se ordenó en Indias y fué doctrinero de
un pueblo de Caracas .
r
·
Pero de las testificaciones recibidas sin duda la.
más interesante por la calid ad del personaje y por el
alto puesto que desempeñaba era la relativa á Fr.
Juan González de Mendoza, autor de un libro tan
popular como estimable y en ese entonces obispo
de Popayán. Oigamos á los jueces referir el hecho:
«Entre otras cosas que han venido á
1
declarar á
este Santo Oficio, una no ha causado alguna admi–
ración por el grande e. cándalo que en toda la tierra
hay, que es de manera que nos ha obligado á tomar
algunas declaraciones en razón clello, y es que don
fray Juan González de Mencloza, obispo de Popayán,
desde que se desembarcó en esta ciudad hasta que:
llegó á la de Popa-yán, fué echando la suerte ele unas
varillas, pretendiendo adivinar por ellas las cosas
ocultas, diciendo que eran tan aprobadas que, aún el
mesmo Rey y la seiíora reina y el duque de Lerma·
usaban de ellas y qúe estaban aprobadas poi· los se–
fwres inquisidores,
y
esto de manera que es pública.
voz y fama que en todo su obispadoy en su comarca se
aprovechan dellas hasta los indios naturales: de todo
se envía á V. S . con ésta información para que V. S.
provea lo que más co1wenga, procurando sea con
brevedad, porque s inó, va cundiendo de manera que
no habrá provincia segura de semejantes supersti–
ciones en todas estas partes.))
2
J.
Carta de
2 1
de Jun io de
161
r.
2.
Carta de
3r
d e Enero de
1611.
Acerca de la biografia
y
obras de este famoso personajt> véase
el
tomo I de nuestra
Biblzoteca hispano-ame1"icana.