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LA I NQUISICIÓN
El propío Arzobispo de Santa Fe, don Bartolomé
Lobo Guerrero y proci amonte \jn el afío anterior, se
creyó, por su parte, en o] caso
el~
escribir en térmi–
no
análogos ::Ll Consejo.
<U\_unque ha muchos afíos, decía, qne se ba trata–
do de poner el Sancto Oficio de la In quisición en o. te
reino
y
no so ha lomado resolución, no por
o~ o
de–
j aré, por el descargo de mi concien cia, do e cribir lo
que siento . E::sla tierra es la más estragada en cos–
tumbres
y
en todo género ele vicios de cnanta
tiene
S.
l\I.,
que me obliga á creer que en olla la fr está
muy á punto de perderse, pues
lo
pecado , cuando
son muchos y hay hábito de cometerlos, depravan
la Yoluntad
y
inducen error en el
n'tenclimiento y
pertinacia, de qne nacen la herejía , y
ido pro en–
te en particular no so saben
y
entienden, rs porque
la gent , siendo tan obstinada en lo dichos vicios
y
pecados, no hacen oscrú pulo en
denunciarla~
para
que can castigadas: y los cpJo podrían, como Yeon que
el remedio está lojo , pues clist::L la Inqni
~ ición
de
Lima, á que esto reino está sugeto, do ac¡uí quinien–
tas leguas por tierra, no quieren dar noticia, te–
miendo el dai1o que se los puedo seguir por el poco
secreto qne se guarda, que les quita la libei'lad,
y
teniendo por m u
y
diflcu1toso,
y
aún impo._ ible,
l
castigo, que acontece, por el largo y peligro o cami–
no, morirse en él ó buir e los reos que se lloYan pre–
sos, demás que no bay caudal ni hacienda para cos–
tear el gasto en llevarlos, y estos in convenientes ce–
sarían si V.
l\1.
se sirviese de mandar qne en este
r eino se planta e el Sancto Oficio: que aún para su
seguridad, por ser los que en él viven hombres altera-