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LA INQUISICIÓN
Por testigos falsos en causas matrin1oniales fue–
ron castigados con azotes y sacados á la vergüenza
· por las call es, desnudos de la cintura arriba,
1vla–
nuel Dionisio, Manuel de Gaona
y
Bartolomé Sán–
chez de Alarcón.
Por fautores é impedidores se procesó á Fr. An–
tonio de Torres, mercedario,
y
don Diego José de
Rada, sargento mayor de Cartagena, cuyas cáusas
fueron anuladas por el Consejo en julio de 1681;
y
á
los soldados
Di~go
de
Casa.sola, Juan Agustín Gar–
cía
y
Antonio de Montenegro, que estuvieron presos
bastante tiempo
y
fueron desterrados por un año .
En 1685 fué procesado don Nicolas Baraíz l\!Iolme–
te, caballero del habito ele Santiago, residente en
Panamá, por negar ciertas facultades del Santo Ofi–
cio, cuya causa se mandó suspender por el Consejo
en 1G86.
En los procesos formados contra los notarios del
obispo Benavides, que eran el li cenciado Bartolomé
de Estrada, presbítero, por haber ,actuado en la ex–
comunión fulminada contra Va.lera, preso el
8
de
di–
ciembre ele 1683, salió condenado en dos n1il pe–
sos de multa
y
en destierro a Santa Fe; don Pedro
Andrés Reinel de Vega, notario mayor,
y
el pres–
bítero José el e Mesa, que lo · fueron sólo en destie–
rro.r
1.
Siguiéronse también procesos criminales, de los que citaremos
los de Antonio Naranjo, hijo de familia, que dió una estocada
á
un
esclavo del Contador del Santo Oficio; Li1zaro de H.ivas, que recibió
doscientos azotes ppr haber amenazado con una daga al guardián
del convento donde estaba depositado;
y
otros contra esclavos de los
ministros del Santo Oficio, por fornicarios.