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LA I:\QUISICIÓN
puesto en el tormento acerca de la intención, decía
á
los Inqui sidores: «¿,qué quiere V. S. que
diga~
que soy
sacrílego, que soy hereje, que soy
luterano~>>
Jeróni–
mo de Cieza, por casarse dos yeces; Francisco, ne–
gro, por sortílego; Fr. Fernando Ramírez de ;\reHa–
no, franciscano, na1.ural de Orán, que por judío
mahometano fué admitido á reconciliación, privado
ele sus órdenes perpétuamente y condenado en hábito
y
cárcel perpétuos.
En ese mismo aiío, Juan Tbomas, natural de Lon–
dres, ciruj.ano, fué admitido á reconciliación; y ab–
sueltos
acl cautelam
é instruidos en la fe, Martín
Desbart y Manuel Germ<l\1S, alemanes, Pedro Re–
blot, francés,
y
el hebreo Daniel Báez, holandés. _
En auto ele fe cele·braclo en la Catedral el
28
ele oc–
tubre ele
1682
fueron penitenciadas Teoclora Lezca–
no, natural de Santa Fe, Maria Magdalena Gua1teros,
Leonarda Verdugo, costurera, Mauricia y Juana Lo–
rente, hermanas, Catalina de Olalla y Osario, que
que todas salieron con in signas de sortílegas, ab–
juraron
de levi
y
fneron desterradas ele los lugares
de su residencia por ha.l.Jerse valido para s us en–
salmos ele la
yerl.Jahayo, llamada coca en el Perú.
Ana Ramírez, mulata, ele la Habana,
y
Francisco,
negro, salieron . por hechiceros;
y
por blasfemo,
Francisco ele Arcos, peruano, soldado; Felipa. de He–
rrera, Juan ele Albornoz y Juan Antonio ele la Cruz,
por casarse dos veces·.
Este auto de fe concluyó tan tarde que las abjura–
ciones de los reos hubieron de dejarse para que se
veri11ca.sen otro día en la sala del Tribuna l.
En otro auto de fe celebrauo en la Catedral en 29