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LA INQUISICIÓN
y I\fignel, también negro, por sortilego, oyeron misa
en forma de penitentes .
En 1670, fueron procesadas Ana Rodríguez, mes–
tiza, Juan Antonio, negro esclavo, Juana de los Re–
yes y Francisca de Cárd enas, la relación de cuyas
causas no pudo sacarse despu és por estar devoradas
por el comegén;
y
despachados en ]a sala del Tribu...,.
nal, Miguel Fernández, po rtugués, vecin o de la Guai–
ra, acusado el e proposiciones heroticales,
y
G: rcia,
negro, de Maracaibo, por so rtll ego .
En auto par ticular de fe de 2 de marzo do ese mis–
rno alío, salieron Elena de Prada) procesada en
San ta Fe por pacto implícito co n el demoni o; Cris–
tóbal, negro, ele Hio el e la Hacha, por brujo, y Ga–
briel, negro de la Habana) por blasfemo.
E n otro celebrado en lct Cated ral el 24 de agosto
ele 1671, salieron Maria de Cárd enas, so rtílega;
Francisco Maldonaclo, hereje protestante, na tural de
México, apresado ele n iüo por los in gle es : abjuró
formalmente y ll evó reconciliación con hábito y cár–
cel perpétuos .
Y en el de
4
de septiembre de ose mismo aflo la
negra Juana
~1aría,
blasfema, y Juan; negro criollo,
por ese mi smo deli to .
E n di cho afí o fueron igualmente casti gados los
padres jesuitas Ju an Onofre
y
Francisco de Cetina,
este último profeso de cuar to voto, conventuales en
Santa Fe, por solicitante ; y en
el
sigui ente, Fr. Je–
rónimo el e Farías, merceclario, natu ral el e Mompox,
que asisti a en las sabanas de Tolú, por el mi smo
dolí to
y
además por proposiciones.
En auto parti cular de fe ele 4 de septi embre do 1672,