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LA. INQUISICIÓN
hacían mal
y
por mal cabo; los presos que estaban en
la de penitencia, cccomercian, decía, con los que pa–
san por la calle, como los mismos que andan por–
ellas>> ... «La víspera de San Andrés, añade, tomé po–
sesión,
y
al otro clia del Santo puse la acusación á
· una mujer, qne la dieron copia, conque cou las
mulatas ó otras do buena ó de mala cara tenía el
a lcaide tres días que poder estarse con oll as en· su
cárcel, diciéndoles lo que habían de responder,
y
en
la publicación, los mismos,
y
esto es no habiendo
ayudante Oe aJcaide)) .I
De los comisarios
y
otros ministros podía haber–
dicho también no pocas buenas cosas . Lo que había
pasado con el comisario de Tunj a -era verdadera–
mente escaüdaloso . Llamábase el doctor don Ju an
de Pisa, quien, además del cargo del Santo Oficio?
tenía el de la cura de almas en aquel la ciudad .
Muy amigo de don Alonso Dávila Gabiri a, sedújole
la mujer, llevósela á su casa un a noche
y
al irla á
dejar á la ele su marido en lá mar'í.ana s iguiente al
amanecer se encontró con que la puerta
el~
calle es–
taba cerrada,
y
tratando ele su b]rla por las tap ias,
el es~
pertó el marido, salió tras ellos,
y
el buen clérigo?
refiere una clama, ccapretó á correr con bastantes ar–
mas que traía
y
dejó matar
á
la desdichada señora?
faltando á las leyes de cristiano, de caball ero
y
las
demás.>>
2
Formóse proceso por laA.ucliencia ele Santa
Fe al marido
y
fué condenado en seis aflos de des–
tierro; reclamó el proceso el Santo 011cio do Carta-
r.
Carta de 28 de junio de 168S.
2.
Carta de doña Magdalena Dá\·ila Gabiria, Santa Fe,
3
de enero–
de 1679.