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LA INQ
·rsiCIÓ~
desnudar, á que respondió que no tenía que decir
mas de lo que tenía dicho.
«Mandóse de nudar y poner en el potro
y
que le
ligasen
y
comenzasen á dar la primera Yuelta,.
y
dándosela, decía: ay! :Madre de Dios del Rosariol
¡Váleme Senara Virgen ele la Popa!
y
continuando
el decir e to por tTes Ycce , se su pendió la tortura,
con protesta de que no le habían por suficientemen te
atormentada)). LleYó destierro
y
pagó do cientos du–
cados.
Isabel Márquez: «fuó mandada poner en el potro,
y
amonestada que dijese la Yerdad, donde nó, se ama–
rraría á
la
argolla;
y
c. tándolo, fué amone tada di–
jese la verdad, donde nó, se le mandaría amarrar los
brazos al barr•)te. Dijo que no sabía nada, que si lo
supiera, lo dijera. Fué mandada amarrar los brazos
al barrote, y estánclolo, fué amone tada dijese la yer–
llad, donde no, se comenzaría el tormento. Dijo que
no sabía nada
y
que no era bruja)) .
Potenc.iana de Abreu, que dijo ser bruja cuando la
estaban desnudando para torturarla.
Barbola de León, mulata, cuarterona, por otro
nombre la Guayaba; cuyas lamentaciones en el po–
tro fueron lastimosa . Se le confiscaron también sus
bienes y se le dieron cien azotes .
Juliana de ..:\.riza que confesó asimismo en el tor–
mento .
Inés de Octavio «siempre estuvo negativa: comen–
zóse el tormento y en él se le dieron, en media hora
que duró, cuatro vueltas,
y
á
la cuarta se desmayó)).
Elena de Vitoria ele quien hemos hecho ya men–
ción.