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LA INQUISICIÓN
noche con un un güento bocho de un sapo y cier–
tas yerbas, so escapaba del lado do su mal'ido ele
dentro ele 1.m aposento cerrado y se iba
á
Yolar
po1~
o
os mundos, y que por ell o fué condenada en igual
pena.r
Esta famo sa compliciclad do la
brujas ofrecía
á
los inquisidores á1T1plio material para que pudi o en
proceder
á
celebrar aula do fe;
y,
en efecto, el 26 de
marzo del afio sigu iente do
1G34,
próYia la loclnra de
una sentencia abso lu loria de \n a Bel !rim, Yecina de
Tolú, maliciosamcn te tostiflca.cla do haberse hallado
en aquellas juntas, y que yonció tres Yuollas del tor–
mento
y
murió al fin sin Yer terminada su causa,
con1onzaron
á
desfilar Yointicinco reos : Yeiníiuna
brujas, dos blasfemos, un casado dos yeco
y
una
h echicera. La fiesta duró desde las seis de la ma–
ü ana hasta las cinco do la tarde .
2
1.
Carta de 18 de febrero de r633. El denunciador de esta reoy
que había sido ya reconciliada en 1624, fu é un muchacho de doce
años que servía con ella en el hospital donde estaba reclusa. Hé
aquí otro de los hechos de que le acusaba y que admitían los
l !,quisidores como s ufici ente para dictar esa sentencia de muerte:
<<Y
habiendo despertado otra noche (el muchacho) con ganas de pro–
veerse, llamó
á
la dicha Paula, y estando
á
oscuras, Yido que le re–
lucia la cara de man era que parecía qu e la tenia llena de candela,
de que le había dado muy gran miedo y no la babia osado llamar,
y
se volvió
á
echar, sin salir fuera,
y
de el miedo que tuvo, había
amanecido con calentura».
Al ver en el Consejo semejante barbaridad, se ordenó al Tribunal
que siempre que condenase
á
algún reo
á
ser relajad•), enYiase
cvpia del proceso antes de ejecutar la sente ncia.
2.
IIe aquí los nombres·de los reos: Domingo P érez, natural de
Lepe, por bígamo; Ana de Avi la, mestiza,
~~iuda:
se le dieron siete
vueltas de la ma ncuerda; negó siempre haber cometido ninguna
brujería y pagó mil pesos de multa.
Ana Maria .de Robles, Ana' de Mena', Ba1 bola Albornoz,
y
Justa
y