IX
br<?natu1' al .en
ci
mundo
y
su mas irrecusable
demos~
tracion. Los diversos prodigios que llenan la vida
,de<
esos prohombres del cristianismo, son
de
tal .car·ácter,
que no pueden atribuirse sino
~
la accion de un prin–
cipio superior
á
1a naturrJeza, es decir
á
Di os, el cual
so complace en revelatse d'e un modo especial por me–
dio
de
cjertas criaturas privilegiadas. E sos prodjgios
se
cuent:m
á
millares en todo
los siglos·y en donde quiera
que florece el Catol icismo: en las grandes capitales
como
en
Jos desiertos; en la córte mas espléndida
ccmo en
la
humilde morada del
negro
ó
del indio;
en
el
hogar
domé~i c ~
·con:o en
el
rc~iro
d.el.cbustro;
en
lU:l:1
palabra,
d'onne
qmora
·qu e Dws
chv1sa
una alma
:fiel,
allí
se complace en manifestarse 1j}n todo su
po–
der
y
con
todas la.s bendiciones
de stf
dulzura.
Re–
cúnase sir:.ó el ma.r tiro1ógio roma,no
y
se
vm·á que
la
santi d~
es()im.a. planta cosmopolita, que se desa.:::Tol1a
b;~jo
todas las latitudes con
igual
lozanía, donde
quie–
ra. quE)
arroja sus semillas
la
Iglesia Católica,
y
las
riega, con las corri entes de gracitt que circulan por
st.s
Sacramentos.
Sin embargo,
el
mundo se obstina en ncga,r lo so–
l:ronatural; pel'o pa.rcce
que
miéntras
mas
huimos
de–
él
mas
nos
pe~sj gue,
nos abruma, nos ahoga, por dc–
cjrlo así, de manera que, de grado
ó
por fu erza,
t ene–
mos que convenir en que lo sobrenatural es la atm6s–
fera
de
nuestras · almas. Tan cierto es esto,
y
tan fatal
la necesidad que no¡; impele
á
buscar algo mas aJ1á de
la r,atura:leza
y
de
la
fria razon,
que
aquellos
que mas
se obstinan
hoy
en negar lo
sobrcnatw·al div,ino,
han
caidó en el abismo de lo
sobrcnaütr-al diab6lico,
esto es,
en
el
espirit·ismo.l
Cosa sorprendente! los libre-pensado–
r es se burlan de -la,s vi siones, éxtasis, mil:igros
y
pro–
fedas·de los Santos, al mismo tiempo que créon, con
fé.= ,
infantil,
en
la
lucidéz, doble-vista,y predicciones
ele
los
mediurns
espiritas!
Pero descendamos.
de lo
general
á
lo particular,
y
veamos ' s] tienen razon los incrédulos para negar,
l(
pn~o-