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~

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_.::.

caries lejítinlidad, sin .cahunniar

á sus

adversarios

ha...

ciéndolos cómplices.

, Nuestros lectores habrán notado, que desde la 'pri–

lnera parte no nos mnpeñatnos en que s·e diera uua

parte directa á los jesuitas en los rejicidios de Enrique

III

y

En_rique

IV,

sino que copiamos sencillamente la

relacion de los sucesos, con1o la consignáran los his–

toriadores. Por lo que hace á la ponderada proteccion

del último rey á los jesuitas, está ella bien esplicada

por el

padrejesuit~

J

ouvenci-\'quiso tenerlos por ami_,

gos

y

no por enem1goa.J>

1

03~

Nuestros lectores saben cual fue

Ja

eonducta

de los. jesuitas· en la China en punto

á

rito~

y

c~re­

monias: el misionero apostólico dice

asi~''Tienen

lo&

pueblos: prácticas, que una de dos,

ó

deben abolirse

ó

deben' santificarse. Abolirlas es peligroso, es compro–

metido; era entonces esponerse

á

una vergonzosa es–

pulsion, s·eguída índudable·mente de nl!ales sin cuento,.

elitre ellos: la prohibicion absoluta de poner los pies

en lo suceBivo

~n

territorio del celeste imperio. AnteS<

que llegar á este últin1o y fatal desenlac·e,

crey~ron:

bien, que pocTian tolerar ciertas práctica'S, atendida la

gravedad y especialidad de las circunstancia& que en

el caso concurrian. Y no s·e les acuse por esto' d.e con–

temporizacion con los infieles: el fin lejitimaba en–

tonces los medios empleados;

y

de este·

mis-n1o

princi–

cipio partier0n,

y

por esta misma senda ea1ninaron los.

primeros predicadores del e·vanjelio. ¿Por ventura lo&

apóstoles

110

1

toleraron durante mucho tiempo prácti–

cas júdaicas,. abolidas por la ley cristiana.'?>>'

92.

RESPUESTA..

Decir que los misiou:e1:oo

jesu.1Íta:s;

tuvieron que apelar á un reuurso· estr.emo-, de que nO'

podian s:epararse so pBna de una vergonzosa espulsion;

y

que toleraron

~iertas

prácticas, porque el :fin Iejiti-·

maba Jos medios, es confesar, aunque sin franqueza,,

que no hay modo de defender á los jesuitas.

y

apo–

yar la conducta de los 1nisioneros de· la China·sobre-–

la que observaron los apóstoles, es insultar la nlemo–

,·ia '

de estos fundadores ele

la

iglesia cristiana,

y

t11aer

'una con1paracion que no es del caso..

·

.