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-- 300-

dnJes,

usos-y eosturnbres europeas.

Y

estos

eclí.fie1~,

estos n1ncbl

es, estas:1·glesias, estos ornamentos,

es~oo·

conrestibl.es

, que representan innum.erables caudales,

¿se los daba

n g.ratis á la eon.apañia de

J

esus!

Y

luegOJ

la enseií.anza, esta euseñ.auza

uiÜvei~sal,

estas .cáte-·

dras teóricas

y

practicas· ¿.se plan

t~an

y

S@stieneil sÍJll

fondos?."

'106·.

RESPTJESTA..

l\iuy pelig:roso.· es· :negar riquezas,

los padres de la coinpaiiia,

á

vista d..e las inm.ensas·

y

valios

as fin

cas q_ue

sabian

pr-opo-rcionarse los reve–

rendos,.

fu.et·

a d.e las ga11ancias de e0n1ex=cio. El mis–

mo padr

e Bo

nft'il d.a testünonio· de esta :ric1ueza,

al

, confesar

que

rrrutho, 11.1/Mchisi'tJW

dinerQ neeesitaban

los–

padres para sus gastos sin üütar al voto: véamos

si.

los gastos de que habla,. eran efectivos,

ó

babia otros··

qne se silencian con cuidado,

y

que no n1ér.eciau lla..

n1arse naturales en un instituto relijiooo.

Suponiendo que los jesuitas hicieran los· prim.eros

.gastos en las misio11es, ¿.no sabrian in1.de1nnizarse con

superabundante· usura, cuando., no mucho despues,

ernpleasen

fru.etu.osan1e:n.t~

los brazos

y

la industria

de los

lH~ó:fitos~

Y

eontrayé:r.1donos

al

P~1·aguay,

.¿quiénes levantaban casas, te1nplos, o:fiei1uts sino los.

indios sin llevar jo:r.nal? La

dire~cion

era de los

pa–

dres, con1o de ellos serian las herran1ientas que lle–

vaban de fuera; pe1,0 la

·eje~hl.cion

pertenecía al pobre

indijena, s·in 0tra recon1pensa por su 1nano, que la

comida que nada

cost~ba,.

y

el vestuario trabajado

tl®–

.algodon,, que el i11dio-

se:m

braba

y

beneficiaba hasta

vcstirselo.

Si

los pad1:es jesuitas hacian gra11des gas–

tos, seria de la n1anera con que gasta

y

se en1peña el

propietario para cultivar su campo,

é

inden1nizaroo·y

ganar en

la

cosecha.

¿ •.

Por n1antener

á

los indios,

y

asegurar la salud de sus almas, trabajan grandes ter–

renos los jesuitas en el

P~I7aguay!

l{ccuerden los lectores lo

que

deja1nos referido

s~

bre fidedignos testin1onios, acerca de· los treinta pue–

blos, que se llainan

misiones

del

P~traguay,

donde

"ha–

bia tanta abundancia de haciendas

y

riquezas, que

pu-–

diera cada uno mmltener oh·os seis pueblt>s

y

un

CQ:–

lejio de innurnerables jesnitas."

Y

no los mantenian,

y

quedaba, por

consig

uiente, una ganancia .seis

ve–

~es

superi?r en

ca.da

pueblo

á

sus

necesidades,

~in