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Pero sin -octll"rir
á
paises remotos,
y
deteníen ...
do
la
vjs~a
sobre lo que pasa en nuestro
~uelo
entre personas
muy
conocidas por su je–
Sl}it.ismo, ¿eual es su manejo en política? De va–
rios ejen1plos tenernos uno reciente-.Jlegar
á
un fin p1,opuesto
y
conveniente
á
RUS _
miras,
sin reparnr en n1edios por
fas
ó
por
nefas,
sino
en sus intereses propios
y
de partido, nada de
Patria. Iletnos visto hlbricar actas de elec.cion
1
us1upando su . derrcho al pueblo, gravando la
haciendn, pisoteando la constitucion .Y
las
le_.
yes,
.Y
dejando pnra lo venidero malos ejemplos;
dados con espantosa serenidad,
y
con segura
eonfi~u~za,
de que serinn bien aceptados
y
rtplau–
didos
y
recompensados en otra parte hácia
donde están mirando todos Ins instantes,
y
de
donde
lo
aguardan todo., sino
ln
renta.
Y
por cierto, que tales hombres no puedell
ser patriotas;
y
á
causa de ello no miran por el
l1onor de la Patria,
y
antes bien, hacen de su
parte todo lo posible, para ponerle n1anchas
1
con .que huéspedes ingratos pretenden afrentar–
la en el esterior, exajerando, pervirtiendo; ca–
hllnniando. Para estas gentes no
hay
pecado
en política; n1i.éntras
qu~
lo es,
y
n1ortal, pros–
miscuar en ciertos dias. Quienes asi se condu–
cen, no merecen ser maestros de la ju\rentud ni
d~l
pueblo; pero son fiefes dis-cípulos de quienes
]o sacrifican todo a l in te res
y
triunfos de la
Compañia.
Pues
~i
tales son los adictos
y
hasta cierto pun–
to iniciados en las
co~as
de
los jesuitas, ¿que se ....
Tian estos r.nismos en sus personas
y
colejios
y
casas profesas.?
No son estas ilusiones
y
vanos temores, sino
.resultados naturales del conocimiento del eora..
~on
humano,
y
de la esperieneia
venida
de