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16)Z-
instruccion necesaria, &:;'-"En caso que el señor
Vi–
rey apriete, para que los 11uestros que est{tn en hts
doctrinas, se dejen visitar del señor obispo,
y
que se le·
Jn·opongan
á
8. E.
tl~es,
de los
cuales escojerá
el
que·
gustare, confórme·
a_¡1
ó~:·den
que tiene
de S. M.
alce
rna–
no V. R. de todas las doctrinas.
que tenen1os
á
nuestro
cargo,
antes
d:e
venir en est{)l.''
N
o g111.ardaba annónia es–
te lenguaje con las reeomendzuciones que se encuentran
en
la
co1·respondencia,
~Te-
la
consideraeion que deben
guardar los jesl:l-bta-s;
á
l0.s
01bispws, hasta '"'sufrir con
pa-·
ciencia las
mortifi<!~aci011es
que
les~
diere-n."
200. Vean pues nues-t:r<DS-
]ect<O'l~s-,.
c0mo el P .. ge–
nera! de la Cotnpama de Jesus·, sentado
en
su poltro–
na
de Ron1a, sabia cuanto
pas-a])~
en
todo
e}
mundo
j_et~uitico,
sin
~esdeiíar
hs-
JPBqueñ.e~·s ma~
vulgares,
y
las
interio~idades:
qlllle-
de-bian deja1·se
{í
la inspecciou;
de los
supe:rimres;
iillllmeilliatos
y
á
sm; jUJíciiO
y
prudencia.
Pero ac-redfi.:ttru
to€1~
elE@.',
q~ue ~1
Prepósit
@• gene:tfal te:..
ni
a en sus
m:ren~s
las.
lTi~elílldas
de
l!!Xll
p0d®t·
· cemrtraliza.do.,
como
n1as
no
Ere
plülcl~era,.
pendí.entes;
<ilie·
su; soberanw.
voluntad todos los
neg~os
s-in.
escepx~ion,
lrosta
los~
mas minuciosos, sobre
]m~r
ewales
1;a.
pll'ovi<ill~Drcia
y aun¡
el conocimiento eran rid¡culos..
.Aquello del
ajedrez,
del
ante,
del
tabaco,
del
choe()late,
del
r;uanja¡r bletrnco,
de]
((gua
en los aposentos de los
:pach·e-s
m,ozos, de los
cal–
.zones
y
calcetas,
y
tantas otras
pequ~e~es
y
avbitra–
riedadeE:~,
hasta mandar despedir al pobre
enwJw.,
aun–
que con votos, contando entre sus defectos-
y
fas:
1·azo–
nes para despedirle, que tenia
harnbJ?'e canina;·
todo es–
to es intolerable,
y
lo del pobre enano-desapiadado.
¿, Cuanto consnmiria de la pingiie renta de la
eo1npa~
ñia? Pero
no era para
la
compa·ñia~
era gravoso.
Y lue–go ¡tanta escrupulosidad en pequeñeces,
y
tanta;
ind:u.l–
gencia, tanta complicidad en enonnidades, ric
as Ira..-·
eiendas por ejemplo!
No dejemos de hacer una observacion. A vista de·
Jo
espuesto,
y
de la profunda ciencia del
P.
general
de las cosas de su compañia, ¿podria ignorar, po·dria
no saber,
pol~
diferentes vías, los asuntos graves
y
eS–
candalosos, como el comeréio, la
i~subordinacion,
y
demas culpas 111ortales de.
SU$
jesuitas?
N
o, no·.
Concluya1nos el artículo, poniendo -en noticia de·
nu es tro ~
lectores un paso_laudable del general
Vitelles~-