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-157-

sas gentes,

y

recordar lo que dejarnos espuesto

y

co–

piado de

las

doctrinas ele los padres de la con1pañia.

N

o trataba11 ellos de acciones indiferentes con

el

aRostólico celo de San Pablo, que decia

á

los fieles–

" ora con1ais

ó

bebais,

6

ha.gais otras obrns

sem.e,jantes~

practicad lo todó

en gloria de Dios.))

N

o buscaban accio–

nes btlenas para n1qjorarlas

y

perfeccionarlas, Inejoran–

do

y

perfeccionm¡do la intendon: acciones

1nalas

bus–

caban para quitarles ese no1nbre,

ó

si

á

tanto no alcan–

,zaban, para llamarlas veniales,

y

aun, si era posible,

para hacerlas buenas, dirijiendo

á

otra parte la inten–

cíon,

6

divirtiéndola del asunto determinado que

so

versaba. Buscaban obligaciones,

y

facilitaban salidas,

y

ministrq,ban respuestas, para quo se frustrára el cum–

plimiento de un deber. Iban

en

busca del colador de

beneficios

y

de los pretendientes,

y

les advertían, que

''no

era suficiente para que hubiese sin1onia, dar

un~

cosa espiritual con el pl'incipal intento de recibir la,

temporal,

ó

al contrario, con t11l de que no hubiese ·

pacto.

Iban en busca del testigo para advertirle, que

:podi~

negal' lo que sabia, dírijiendo la intencion

á la

rest<t~iccion

mental-para decírtelo;

y

del delincuente

para prevenirle, que podía negar aun bajo de jurainen–

to, el haber cometido el delito, que verdaderamente

ha.bia cometido, refiriéndose á la intenc.ion s·ec.reta–

en la hora en que se 1ne hace la pregunta;

y

del que habift.

de jnrar para deci1'l

e-no

quedas oblzqado,

si

no tienes

in–

tencion de obligm·te.

Iban en busca del calnmniad?r

pa–

:ra enseñarle, que si lo hacia en contraposic.ion

á

otra

cahunnia, no pec.aba mortalmente

ni

contra justicia;

siempre que tuviese la intencion de

debilitar

el

crédito

de su

eneni~qo,

para qtle tt.o lo dañára;

y

del hon1bre

a.cu-

'

sado injusta1nente, ·

y

le abrian sus libros donde leye.,

ra-''poco

import~

que se. te ataque con

arrnas

ó

d.e

otro modo, cuando estás cierto de que te se ha de

qul–

tar la vida con la espada de la lengua: 1nata

á

tu acu–

sador falso

y

al falso testigo, con tal de que

inte1ites

-únicamente la defensa de tu honor.>> Iban en busca del

que tenia eumnigos,

y

le consolaban diciéndole-"pue–

Jes sin pecado n1ortal ailijirte por la vida de un ene–

Jnigo

muy

nocivo,

y

alegrarte de su n1uerte, pero di.,

rijiendo la intencion-no

por odio,

sino por evitar

tu

daño,

y

po~ ~! ~ien

_

que

~e r~st11t~.>~

lb,an en

busca

<l~l