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tablecimiento, en contra la Universidad de Paris
y
el informe del Obispo Du Bellay
de
ser su Instituto
infractorio de las leyes y peligroso al Estado.
¡
Cuánto bien se habría hecho
á
la humanidad si
se les hubiese negado el noble ejercicio del magiste–
rio, siguiendo los consejos de este dignísimo Prelado!
Pero no faltaron, por desgracia, personages influyen–
tes que los patrocinasen, entre otros el Cardenal de
Lorena
y
los Guisses, logrando por arteros medios
la
proteccion de Francisco II y la consiguiente au ..
torizacion para educar la juventud.
Su enseñanza ha sido verdaderamente funesta;
aunque no fáltan escritores de merecida reputacion,
partidarios convencidos del régimen interior y plan
de estudios seguido en sus colegios, que, llevados de
un entusiasmo irreflexivo, hayan afirmado no solo
fuese de provecho su enseñanza, sino lo que es peor,
haber padecido decadencia la instruccion pública en
Europa entera, por el hecho de su clausura; puede
probarse sin esfuerzo que nunca prestaron estos ma–
estros de sotana señalados servicios, ni se enrique–
cieron los conocimientos humanos con ninguna con–
quista que les fuese propia. No lo decimos nosotros
solamente, sino tambien el Padre Mariana, uno de
los religiosos mas conspicuos . de la Orden, quien se
encarga de señalar los defectos de sus colegios, po–
niendo de manifiesto el daño que infieren
á
la ju–
ventud.
Si este aserto no bastare, recuérdese lo ocurrido
en Alemania, tan próspera antes de que se introdu–
jeran en ella los
J
esuitas.y tan falta de escritores ca–
tólicos, de teólogos,de filósofos y de oradores duran–
te el tiempo de su dominio. Sufrió un verdadero eclip–
se que no se disipó hasta la separacion de aquelloR.
¡Qué
decir del
atra~o
en que dejaron el Portugal,
cuando fueron despedidos, que exprese con mas elo–
cnei~te
moqo el osQurantisrrw en que
est~ban l~s
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