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ta el mejor logro de sus propósitos; porque aún
cuando es sabido que ella ha alterado, originando
no pocos escándalos, la doctrina teológica, apartán–
dose en puntos esenciales de la enseñada por los pa–
dres de la Iglesja San Agustin
y
Santo Tomás;
y
se
haya llevado por el padre Harduino el ex<..:epticismo
hasta dudar del carácter di vino de las Escrituras;
y
lo que es peor todavía profesado la dotrina anti-trini-.
taria de Arrío;
y
confundido
y
hecho compatibles,
por sus misioneros en China
y
en el Malaba•·, los
<mitos católico
y
pagano, quemando en los mismos
altares incienso
á
Cristo
y
á
Belial, nuestra toleran–
cia en materia religiosa es bien conocida: jamás pe–
netramos en el santuario de la conciencia para pre·
guntar los motivos de una fé, ni disputamos sobre
las ceremónias de un culto, si nó se mancha con
sangre el ara santa, por mucho que pueda apartar·
se de la dignidad del hombre
y
de la excelsa mages·
tad á quien se ofrece
Lo que miramos en la Compañía de Jesús es su
carácter político;
y
reprocharnos en ella, el egoismo,
el interés personal · que liga
á
sus miembros,
y
los
fines vedados que persiguen con una tenacidad
y
disimulo admirables.
·
Sus principios de moral, la enseñanza que sumi–
nistran
a
la juventud, la manera como dirigen las
conciencias, el modo como se han conducido sus mi–
sioneros, los hechos históricos que los acusan
y
han
motivado su expulsion de los diferentes Estados son
los puntos que vamos
á
recorrer sucintamenté,
j
nz–
gando sus principios con arreglo al criterio de la ra·
zon pura
y
de la mas sana filosofía.
Si despues de hecha esta exposicion sincera, hay
todavía quieuescreanamparados
á
los Jesuitas por las
libertades públicas
y
que deba permitirseles seguir
adelante su obra de devastacion; si las Cámaras nora..
tifican la salvadora ley de la Convencion Nacional de