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HISTORlA ECLESIÁSTICA
tim@-Severo se sµ.spendió la persecución,
sieJ!do tan
t~lerados
los Cristianos, que .du–
rante el reinado de sus inmediatos suceso–
res principiaron
á
reunirse en público,
construyero4Jl iglesias.
é
hicieron libre y pa–
cíficamente
sus
elecciones.
El
Emperador
Alejandro-Severo los admitió en su privan–
za,
y
áun se cree que tenía en
8U
pala.cío
la
imágen de Cristo; pero
el
feroz ¡\iaximino
que le sucedió, enemigo de todos aquellos
á
quienes Alejandro había.favorecido,
des–
cargó su odio contra los Cristianos
y
ful–
minó,
á
mediados
Q.elsiglo tercero
(235), la
sexta persecución. Los principales márti–
res que en e}\a perecieron
fuer<~m:los
Papas
San Poncia:no
y
San Aiitero. Es notable es–
ta persecución porque se
dirigió
más con- .,
tra los obispos
Y:
·efes de la [glesidi que con–
tra el común de los fieles.
Séptima
1•e1·secución.~Al
advenimiento
de Decio al trouo una terrible peste deso--
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el'
lmperio,al mismo tiempo que un poe–
ta fanático deploraba la decadencia y aban–
dono en que
se
encontraba la
religión
auti–
gua. Excitado el puebl@ por sus cantos
y
atribuyendo
á
lO's Cristianos todas las des–
gracias que sobrevenían, se enfureció con–
·tra ellos, y el Emperador decretó, á media–
dos del siglo
(249),
lá séptima persecución
que fué dª las más sangrientas. ·Entre sus
innumerablss mártires cuéntanse: el Papa
San Fabian, San Alejandro Obis(i)o de Je–
tusalem, San Babylas Obispo de Anti0quía,