14
ID~ORIA
ECI,ESlÁS'FlCA.
el Sanbedrin; más alíltes de ponerl(')S en li–
bertad fos
a:M>tar<t>u
ry
les prohibieron
ha·
blar en nombre de
Jesús.
Estado de la Iglesia inimitiva·-La
na·
ei~nte
tgles:ia
de
J
en1salém
estaba :anima–
dai
~el
verda_rdei1m es:pfFifut1
~vangélico:
los '
:fü:e]es
f@Fliril3JIDa,:tl
Ull; SOi@ CtlieFt>O
y
BO
tenían
más que tn1
mismo sentimiento;
su
vida
es–
taba
CQnsagrada
al trabajo,
á
la
oracióu
y
á
la lectura
de los libros sagrados;
no
ha–
b~a
entre ellos ,pobres
ni
ricos,
por(i}ue to–
c;los vivían en comfrm,
y
los
qm.e
se conver–
tían
entregaban
sus bienes
á;
Je>s
apóstoles
qne era¡n
los
eucali
~4os
de
llac~r
las
diR·
tri buci nes
~a Jfl<aitl~
·
r este,
s.anto fer–
vor
y
n;n
~
t
i
·e to de
i¡p¡0T
y
respeto
}~ácia
lós· · ' . ole ,
p~rroit:i6
·
·~s
un
terri.
ble cas
i
"<:1
y
u
$
osa Safira, re–
cien
conve
·tülos
veudierolíl.
sus
bienes,
y
reservando,
de acrne·r<lo entre
e~los,
una
par–
te
del p:codácto
de
la venta, Amanías
entre–
gó
el resto
á
San
P@dro, aseg·tnando
qi1e era
el
rrrecio
t@ta1 <te ·su
hacienda.
Fedro lt: dij o:
-'"'A:nan~as
1
&NO
p@días
haber
~ete:ajuo
to–
d(i) el
wrecio
~et~
caimF)o?
N())
nas
mtmti do
á
J,o&'
b0mb;res
sino
á
Dios."
Á
estas palabras
.Ananias cayó muerto;
~anra
que
ignoraba
est<J sostuvo la misma
mentir~
y
sufrió
igual castig@.
El,ección de los
Diáco11os.-
~umentan.docada
día más
y
más
el nfü:Iiero d(t fieles,
los
apóstoles,
para
aitend!eP
de
preferencia
á
Ja
J;>Fedieacicht,
eligieroJil
siete ·
Diác@nos ,