POR MANUEL M. SALAZAR.
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5~ ~.,inalmente,
la facilidad del estudio de
Ja
Historia Eclesiástica es también otra de
las razones que.
d~ben
obligarnos
á -
~m
prenderlo, siendo por demás vergonzoso el
que ignoremos a.contecimientos que 'están
al alcance do todo hombre medianamente
educado.
.
Principio de la Historia Eclesiástica.–
Aunque la Historia Ecles·iástica comienza
propiamente con la predicación del Evan–
gelio por los apóstoles, es conveniente ocu–
parse antes d·e la vi<la de Nuestro Señor
Jesucristo; pues- conocerémos mejor la his–
toria de la Iglesia, conociendo la de su
fun–
dador. Tam9ién es indispensable dar una
i<lea del estado en que se encontraba el
Mundo á la venida del Mesías; porque así
comprenderémos e una manera más com–
pleta la gran revolución que el Cristianis–
mo hizo
y
el saludable influjo que ejerció
tm
los destinos de la humanidad.
(*) .
(*) La. vida de Nuestro Señ'or Jesucristo, forma uu
texto
separa.doque se' estudia en las escuelas. Por es–
ta razón se ha suprimido en la presente edición; pu–
diendo agregarla los profesores cuyos alumnos no la
ha.ya.u
a.prendido a.l terminal' su instrucción prima't_ia.
I
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