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Hl§TORIA.
ECLESIÁ~TJOA.
da la tierra la nueva creencia; la lucha te–
naz
y
las persecuciones sangrientas, provo–
cadas
y
sostenidas por los pueblos, filóso–
fos, emper-ad0res y p0r todos los poderes
del
mundo;
la
mmrcha tri·unfante
de la
Igle–
sia,
á
pesar
de
tantos obstáculos; la suerte
funesta
de
sus perseguid0Fes;
la
caída
de
todos los imperios fundadog; por los esfuer–
zoS' del hombre,
y
el
establecimiento
defini–
tivo
y
progreso constante de
Ja
I·glesia
fun–
@.ada y SQstenida por
Ja
omnipotencia
del
Hoinbre-Dios:·2~
..
La
Histo11ia <le la
Iglesia
es también
la
historia
de
"nuestra Religión;
y
así como todo individuo siente la neces·–
da<ii
de
conocer la historia del país en
que
ha nacid
1
de la sociedad
á,
qae
pertenece,
en euestro car-ácter de cat6licos nos es
in–
dispensable este estudio qué es el
de
nues–
tra patria esp:iritt al, el
d~
l
sociedad en
que viv1mos
y
á
la que
perten~cerémos
aún
después
de
nuestra múerte.
3~
La Historia
Eclesiástica da el conoeimiento
y
la expli–
cación de muchos preceptos, fiestas y cere–
monias de nuestro culto, que siendo cristia–
nos nos sería vergonzoso ignorar.
4~
La
_ Hist0ria Eelesiástica
es
una lección prácti–
ca
de moral: ella nos muestra el heróico
entusiasmo con que
el
niño
débil, la
tímida
danceUa,
e~
anciano desfallecido
y
todos
los
qu~
han estado peseídos de lai fé en Je-
sucristo, marchaban al
~u
plicio pwra defen–
der con su sangre Ja
~irtud
y
los santos
principias
que
nuestra
Religión
proclama.