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~ISTORlA.
ECLESIÁSTICA
ciller Tomás Uo1m .Y
~
Ftsher
ObispG
de
Roehe~t'er
que se negaron
á
reconocer
su
an-toridad religioMa; ah-0lió les monasterios;
se
apoderó de
sua
eua Atiosol!ll bienes,
aban–
donando
á
la
mü~eria
á
Jos
frailes
y
mon–
ja~;
arrancó de
los·
1
templos las
imágenes
<le los
Santos; J1>rofauó
el
sepulcro de
Satl–
to
Tomás de
Uautorbery
é
hizo condenar
su
memoria
en
lHl
juicio ridículo
que
le man–
dó
seguir.
Hizo quem31r
á
los Luteranos
oomo
·herejes
y
á
los
cat©licos
eoltlo papis–
tas,
::y
pretendiendo ser
fiel
á
la Iglesia,
deª
claró la
fe
en el
Estatuto de los .'5eis artíc.u–
los,
en que
sostenía:
1.
0
la presencia real;
2.º el celibato eclesiátstic0; -3.º
la
eonfesión
am.r_ica.lar~ ~º
l(\)s votos mouásticos; 5.
~
la
misa reza ,
y
~
a
comuni0n
bajo una
so~
la
especie·
denando
á
mueTte
á
todo
el
que neg'.a:
alguno
die estos actículos.
La reforma <le Enrique VIII ·
produjo
en
Inglaterra ana sn blevaci6n
que
fué
ahoga–
da en
sangre.
Este Rey déspota hizo
mo–
rir
em. el patíbulo
á
Ana
Bolena, causa
del
cisma,
tuvo
seís
mujeres
á
quienes trató
indigDamente,
y
hasta su
muerte
estUVQ
domiaado por la
selílsl!L~Tidaü.
A
la muer–
te de Enrique
Vlll,
le
sucedi~
su hijo
Eduardo VI. En
su
tieQ'.lpO
el
Parlament~·
anuló
el
Estatuto
de los seis
artioulos,
pero
reconoció
al
Rey
como Jefe de
Ja Iglesia;
y
aunque durante
el rei11ado de
l\'Iaría Tudor
se verificó una
reacción
católica, ésta su–
cumbió
bajffei
gobif)r;no
de
lsalml
que
pei'..