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HISTORIA.. ECLESIÁSTICA.
creyó elegido por . Dios para llamar
á
lo~
fieles
á
la conquista de los
Santo~
Lugares.
De regrE\so
á
Europa inflamó los ánimos
con la narración
de sus
aventuraA
y
de los
sufrimientos
de
los cristianos de Oriente
y
se
presentó al Papa
Urbano II,
pidiéndole
que predicase una cruzada. Viendo el
~apa
á
la Europa preparada, convocó un Conci–
lio que se reun ·6
en
Clermont, al que ade–
más
de
los obispos, asistió
"Qr.a
hunensa
multitud. Allí Pedro el Ermitaño, dotado
de
una,, fecunda imaginación, pintó los pa–
decimientos de los fieles;
y
á
las exhorta–
ciones del 'Papa., respondieron úodos con
estas palabras: "¡Dios lo quiere! . ¡Dios
l9
quiere!''
y¡
la e
az~oa
faé
r.e~uelta
(1095).
A
~a
voz
Pe
ro el .Ermitallño la Europa
· se
cunmovi'@.; los
noble~,
plebeyos, 'viejos,
niños
y
h:ásta
1-as mujeres se
cruzaron para
marchar
á
la guérra contra los infieles.
U
na multitud desordenada, sin armas., dis–
ciplina, ni provisiones, capitaneada por
Gualtero 'Sinnada, siguió
á
Pedro
el Ermi–
taili.o que la condujo
á
Oriente. Esta mu–
ehedumbre, que pronto llegó
á
más de
300,000 hombres, tuvo que recurrir al pilla–
je para mantenerse en todos los pueblos .
del tránsito, por lo que hab.iéndo'se hecho
odiosos fueron asesinados en g·ran
núme–
ro,
principalmente en Hungría,
y
apénas
lograron llegar en corto número
á
Constan-
1iiJl@p1a en donde fueron desllrecia.dos por
~l
EmperadoJJ Griego,
'