POR
MANU~I.
M.
SAL.AZAR~
117
violencias de los
herejel'I,
sosteniemd0
gu.e–
ITas que se
llamau.deReíig,ión, porque fue-:
1·on promovidas
ó
tuvieron por Cl'tusa un
asunto reHgioso.
Ll:\.s
principales de estas
guerras soill: la (\e las
Inve.stiduras,
las OrQ- '
zada."\ y los distnrbios
o~asionados
por J.a
cnestion de las Regalías en
Inglaterra.
Guerra. de
las Iuv.-stiduras.-Desde
qtte
los
PoBtífices
se
creyeron con derecho para.
1
íntervenÍ'I:' en
l(i)S
negocios tempoFa.les
y
los
obispos se
hicierem
~ ~Qr-0s
feudales, ol
vi–
dándo qu€} su
reiho
o es de esté mnudo.,
los
r~yes
y señores de
la
tierra
quisieron
ta.mbién
mezclarse
en los asuntos eclesiás-
ticos;
y
esta
1
:ucia caus ó en
i~
'I·glesia
los más :ft1ne
~u l ta.do.s¡.
Se
-vió
á
los.
obist>os v dem
astJores
compl'ai'P
la.s
dig-
nidad.esecl ..
fil~
.
recibirlas
de, Jos le-
gos con la
más
escand~~osa
,simonía;
el con..
cubinato,
generalizado
en
el
cleró,
manchó
coa
descaro
la
pureza
d.elsacerdote
crís–
th1.ao;
la
libe.rtad del Jefe de
la 1-.glesia se
vió encadenada
á
las
p~síones
é intereses
de los poderost>s
que
influían. en la-s -elec–
ciones;
y
dominando
pt>r tJodas partes
el
desórden
y
la relajación de cqstumbres, se
hizo sentir
la
necesidad de
una
reforma
que moralizase al
cle~ro
y
restabl~ciese
en
Ja Iglesia
su antigno exple:ndor
y:
pr~stigio.
Pa-ra
llevará
ca~o
esta grande obra.
t-r~
ne-
. cesario un
grande hombre;
tal
:€Dé
Hilde–
brando,_monje del mouasterio
de
Oluny,
hijo de
un carplntero,
natural de
S~ona
en
-