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to.J
con ve'inte
y
tres proposiciones
que
se
Sigl~
han
extractado de
él
C{.
n un
Bre ,·e
d e
12
XV!Lt
•
de
Marzo. Nos adherimos
á
este B·reve,
muy
amados
h~rmanos,
así en quanto al
texto del libro , cotno en las 'veinte
y
tres
prep-osiciones, siempre
Y,
absolutamente,
y
sin
sombra
de
re~triccion:
"y
pocas Hneas ,
spues dice: , os exhortamos de todo nues--
,
.
.
.
,
tro corazon a una sun1tston
stncera
y
a
u_na
docilidad sin reserva , temiendo
de
que
se
a
ftere insensiblemente
la simplicidad de
la obediencia
debida
á
la Santa
Sede, cuyo
exempJo
queremos daros mediant e
la
gra·
cia de Dios hasta el último suspiro
-~e
nues·
tra vida:"
y
acaba con estas admirables
labras.
,
No quiera
Dios
que
se hable ja•
mas de mí sino para acordarse ,
que un
Pastor ha creido que debia ser mas
dócil
que- la
Última oveja del rebano ,
y
que no
ha
puesto límite alguno
á
su suinision."
' El . Rey
mand6
expedir
6rdenes
á
los
·zobispos
del
Reyno ,
de
convocar
á
los
~lados
de sus provincias para
la acepta–
n del Breve
de
Inocencia XII, con lo que
pusiéron en
movirr1iento
todos los Obis-
;, y
se di6 necesariam
en te
éi
los fieles una ·
~
muy
~orrorosa
de
Ja
doctrina
enseña–
en el libro
de
Jas máxímas. El A
rzobis~
de Can1bray tuvo su Sínodo -como
los
mas Mttropolita nos, con
tanta
libertad
de
1