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GENERAl¡
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gos hábitos , la falta de fe .
en
]os infieles Siglo
que
no
han
oido
hablar de
Jesu-Christo,
&c.
XVIf.
son otros tantos
pecados
formales
y
propia-
mente dichos :
en fin
que
la
gracia santifi-
cante es la
única gracia,
y
que toda
accion
no
producida
por ella
es
'digna
del
Infierno.
Tal es el
fondo
de la
doctrina
que
Baio
enseñ6
en la
Universidad de
Lovaina ,
y
á
este
modo
public6
un
crecido número
de
trataditos para explicarla
y
defenderla.
Juan
Hessels,
su
condiscípulo
y
amigo,
seguia las
mismas
opiniones ,
y
procuraba
ayudarle ·
á
extenderlas.
Al
principio
tuviéron
pocos
dis–
cípulos ,
porque estas materias
son
abstrac–
tas,
y
es
menester
tener una cierta travesu–
ra.
de
ingenio ,
una
cierta
penetracion de
ideas que no son concedidas
á
todos para
em~
plearse en ellas con
gusto.
Pero
las
opinio–
nes de
estos dos
hábiles Maestros
fuéron
po–
co
á
poco gustando
á
un
grJn número de
personas,
y
muchos
Te6Iogos
las
adopt~ron;
bien que
otros
la5
combatiéron
con
fuerza,
·de
suerte
que
en
la
Universidad
de Lovai–
na
se
form1ron
dos p:.1rtidos
considerables
por
los talentos de los que se
habian
me–
tido
en _
ellas ,
y
aun ,mas
por el
calor con
<]Ue
atacaban
ó
defendian
á
Baio. Pero las
opiniones de
este
Tc6logo
habian
hecho
ya
tantos progres s ,
que
lo!\ Doctores de Lo'·
vaina, que habian escad0 de
Diputados
en
'Tren·
to;