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HlSTORTA
~CLI!SIA~TH~A
Siglo Solo un
Mi ~ ionero
ha entontrado modo d.e
XVII.
introducirse en todo este
largo
espacio
de
tien1po ; pero no se ha podido saber jamas
quá1
haya
sido
su
pJradero.
El
motivo·
que
sugiriéron
á
los Soberanos del
Japon
p.1
r<1
'de
clar.lruna
guerra
tan
cruel al
Chris-–
tian!smo,
y
para
~ca
bar con una parte de_
sus
vasallos que 1o h:tbian abrazado ,
e~
muy
digno
de
notarse.
Púdo5e
persuadir
á.
estos
Príncipe<; ,
que si no atajaban los pro...
gresos de la nuevJ. Re1igion
que
se estable–
cia en sus Estados , se expouian al riesgo
de tener mu
y
en
brc.:ve por
Sefiores
á
los
Reyes
de
Portugal.
Hizóseles ver
co
un ma–
pa las di latJda s posesiones de E<:pa iía en E u-:
ropa , A
frica ,
Asia,
y
sobretodo en
Alné–
ric.l;
y
se
les dixo , que qua ndo
loe; Prín–
cipe) Christianos
querian conquistar
un
pai~
reoien descubiert0, lo _primero
q ue hacian
era
enviar
Misioneros que
persu:-~didn
á
los
pueblos
á
sujetarse
al yugo
del
Evan0elio,
y
que luego que estos
Doctores
de la
Ley
Cbri~tiana
ha bian
sJcado
un crecido núme-.
ro de d iscfpulos, ven!an de E u ropa
trop~s
aguerrida~,
que
se
junt~ban
con los
nuev ol)
Chric;ri .1no~
par ..
t
destron:1r
á
los Sober;1nos
]egílitnos ;
en1pr~ sa
que
sien1prc
l~s
saliJ
l->ien.
De este modo tJnta
p:1rtc
tuvo la
política
en
la
destruccion
del
ChristiJnismo en
este
grande Imperio ,
ccn1o
el apego de
los
Ma-
nar-