Siglo
XVII.
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tiTSTORIA
ré):.'ESIASTICA'·
ces ario advertir que la Religion de los
Le-.
tt·a
dos no
es la
del
pueblo :
éste
es
id6Ia–
tra
y
muy
superstícioso : aquellos por
el
contrario , no
~doran
mas que
á
un solo
Dios , un ser Supremo , Criador
y
conser–
VJdor
de
todo,
á
quien
llaman
el
Señor del
Cielo. Son unos puros Theistas , como
lo
fuéron
n1uchos Filósofos de
la Grecia,
e~
particular Sócrates
y
Platon
su Discípulo.
Con
esta
breve explicacion
ya
es · fácil
comprchender
en qué estaban divididos
en–
tre sí
1
os
Mi s ion~ros
de la China. Unos no
mirab~n
los honores tributados por los
Chi~
nos
:1
sus
antepasados , en
lo
~nterior
de las
f~n1ilias
.,
y á
Confucio por
Ja
numerosl cla–
se de los Letrados , sino como ceremonias
puramente
civiles, en que
no
h:tllaban nin–
guna otra cosa sJgrJda mas
que el
motivo
piadoso
y
respetable , pero inocente, que era
el orígen de ellas. Otros por el contrario
mirabJn estos usos baxo de aspecto muy
diPerente. Era para ellos una
idolatr{a
de las
mejor caracterizadas, un culto
religioso be"7"
cho
~
las aln1as de los difuntos , por con–
seqúencia, una supersticion abominable, que
no podia ser compatible con la santidad
del
Christi~ni ~ mo.,
y
que no se d.cbia permi(ir
~
Jos
Chinos convenidos , qualquiera que
fccrr::n su
Estado
y
Títu los.
Toda
vía se ex–
tendian
á
mas: no qucrian que los nuevos
Chris..