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l-ITSTOR.IAECI.f:SIASTIC~
Sigla
po que los miraba
á
todos,
y
por
la cons...
;x\r
li.
titucioo interior de su compañía , obra maes–
tra de política , que sus mayores enemigos
han
admirado , aun quando han sacado
de
ella
razones para co1n batirlos , y moti vos
pa–
ra hacerlos odiosos.
De este modo estab.1n en Europa dic;-
puestos los ánimos , quando se supo lo qua
·pasaba en la China en punto de los usos
nacionales , condenados por unos ' tolerados
y
aun justificados por otros. La disputa que
se
agitaba con tanto empeño en el centro
del Asia
se
llevó
á
Roma, en donde
nó
estuviéron ménos encontrados los parecges
que' en la China.
En
Francia fuf todavía
mas ruidosa, en donde eran mas fuertes las
preocupaciones ,
y
estaban los corazones mas
indispuesto~.
Por un lado Jos Jesuítas , por
otro los Dominicos, Franciscanos
y
Misio–
neros Seculares , que pensaban como elios
ex–
pusiéron las razones que teniJn ; estos de
condenar, aquellos de tolerar los obsequioi
hechos por todos los Chinos
á
sus antepa–
sados,
y
por
los
Letrados
á
Confucio.
Ya
se
dexa discurrir , que la qüestion se pre–
sent ~l
ba baxo
de
un a5pecto absolutamente
distinto por ambos partidos. En virtud de
lo
que expusiérnn
lo'
Dominicos
y
sus
agre–
gados,
dió la
Congreg3cion de Propaganda
el año
1
6 4
5
con aprobae ion del Papa Ino ...
ceo...