I
96
HTSTORTA ECLESTASTICA
Siglo
tormentos
l~ ici~se
n1ostra r cobardÍa. El
:1ño
XVII.
1
6
2
2
quando parecía que
la tempestad ha.:.
bia llegado
á
punto de no poder
crecer
mas,
adquirió
todavía nuevos
grados
de violen•
cia.
El
En1perador Toxongus,11na. ,
Príncipe
de una
ferocidad
snp<:rior
á
quanto
~e
pue–
de
discurrir,
animado de
un
odio
irnplaca..
ble contra
los
Chri~ti,lnos
,
comunicó
su
mismo parecer
á
todos
los
que
participaban
de su
autoric.L\d.
Inventáron~e
para a
tonnen•
tarlos
nuevos
castigos, cuya crueld:1d ex–
cede
á
los mas horrorosos
que
ja1nas se
ha–
bian imaginado.
AtabJn
á
unos
en postes,
y
les
desgarrabJn
los
miembros con cJñ,ls,
hasta
que
)a podredun1bre
y
los
gu~:-tnos
los
hubiesen devorado: b:-txaban
á
otros con
la cabeza ácia
ab:1xo
á
unos
fosos
llenos
de
vívoras,
en donde
los dexaban
colga–
dos. Echaban
á
unos en
mlnantiales de
aguas
hirviendo, en donde
p~rmanecian
hasta es
cat
cocidos
y
secos.
!\1etiJn
J.
otros
en
varia5
veces en
abi~n1o~
de betun
y
de
materias
5tdfúreas, de donde
}os
saca
b.1n
para
po–
nerlos al sol,
á
fin
de
corromper
y
enve·
nenar
13~
Úlcera), que se formaban en
toda~
las partes de su cuerpo. Estos tormentos , eu
y ~
rebcion
por sí sola horroriza, duraban
poi
1o re
~u
1ar hasta oeho, d
i
e
7,
v aun
q
uin ee di
J
s.
Un' "número casi
infinito
de Chri'-tianos
de
todas
ed.1des
y
e ~ tados
,
Misioneros
d~
va
4