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que en vida babia
frec~entado
el sacramento
d~
la Penitencia,
hallándose en las cercanías de la muerte dijo á su nieto Guillermo,
Arzobispo de Maguncia, al visitarlo : .
«
No dudo que el mismo
>>
Dios os envía aquí,
por~ue
nadie, despues de la muerte de mi
»
hijo Bruno es mas á proposito que vos para asistirme en este
»
último trance. Antes de todo oidme en confesion
y
dadme la ah–
.»
solucion en virtud de la potestad, que se os ha concedido por
»
Dios
y
por el Príncipe de los
Apostol~s
San Pedro; y luego ireis
»
á celebrar una Misa por mis pecados
y
por el alma del Rey mi
»
esposo y vuestro padre (1).
»
Los consuelos espirituales, que
esta santa Emperatriz recibió en el terrible trance de la muerte
con la Confesion sacramental, los habían ígualmente disfrutado
años antes
S~n
Teodardo Obispo de Narbona, que se confesó con
grandes lagrimas con el Abad de aquel Monasterio;
y
el santo
Eigil, Abad de Fulda, quien se labró el sepulcro con sus propnas
manos (2).
Apesar de que en el siglo x las hordas de los bandidos normandos
habían asolado los pueblos de la Italia, la Francia
y
la Alemania,
dejando por do quiera las iglesias arrasadas, los monasterios saquea–
dos, profanadas 'las cosas mífs santas,
y
tras esto la ignorancia mas
profunda y
1~
desmoralizacion mas completa; la divina Providencia
no dejó de formar particularmente en los claustros, unico asilo de
la virtud y de las ciencias, varones'
apos~olicos
que por medio de la
predicacion y la confesion sacramental pusiesen un dique al tor–
rente inundador. San VidalSiculo, Abad de uno de los monasterios
de Italia, atraia en pos de sí un concurso inmenso de penitentes de
.todas partes con la suavidad
y
benígnidad de su trato. Era incan–
sable en oir sus confesiones
y
quedaban mas prendados al ver que
(l)
« .....
Nune autem primum
audit~
nostram Confessionem, et date nobis re–
»
missionem per potestatem qure vobis tradita est
a
Deo et S. Petro Príncipe
>>
Apostolorum, etc.
»
Bolland.
In Vita ejusdem,
die
i4
Mart., tom. 11, pag. 369.
- (2) Bolland, die
i
Maji, tom. I, pag. Ui5; et
Ann. Bened. ,
lib. XXIX,
t.
H..
pag.
440.