Table of Contents Table of Contents
Previous Page  56 / 308 Next Page
Information
Show Menu
Previous Page 56 / 308 Next Page
Page Background

[ 3-! ]

ella le explique suficientemente para poder ser cono–

cido. La enseñanza aislada de un obispo, ya se de

por instrucciones pastorales, ya en forma de catecis–

mo, ya de éualquiera otra; puede ser s·ana y ejemplar;

pero por sí misma nunca será qoctrina y decision de

su

~:~ede,

á menos que . ésta ántes ó despues no haya

manife$tado su conformidad por un juicio legal, ó por

un consentimiento de hecho, segun explicaremos mail

adelante.

§.

x. ·

Lo que en general dejamos dicho de un obispo

cualquiera respecto de su iglesia part!cular, debe

aplicarse igual mente al pontífice romano y á la·santa

sede. El papa es obispo de Roma, y como gefe de su

iglesia particular tiene derecho

á

representarla; pe–

ro nunca la representará suficientemente, sino cuan–

do enseñe la doctrina constante y notoria que ella

profesa,

ó

cuando

consultad~

en los casos dudosos,

se haya explicado suficientemente de alguna de las

maneras que dejamos indicadas. Sin estas condicio–

.nes, la decision, el decreto

ó

la bula del papa cqnten-

drán solo su dictámen particular, y no el de la igle–

sia romana. Esta nunca reconoció el decreto 'detlo–

norio favorable á los monotelitas; y la antiguedad

presenta diversos ejemplos de la misma clase. He

aquí por qHé con razon se dice, que el juicio del papa no

es siempre el juicio de la santa sede. El papa tiene

ademas la singular prerogativa de ser sucesor de san

Pedro, es decir, gefe visible de la iglesia universal;

en cuyo concepto le asiste derecho

á

representarla,

y

de hecho la representa cada vez que exp·one la doc–

trina notoria y universalmente recibida por ella, ó

que sostiene la observancia de la disciplina cant)ni–

ca,

ó

que en ocurrencias nuevas

y

difíciles consulta

á

la misma iglesia, ya sea_en un concilio ecuménico,