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H.
P.ragmáticct de
Carlos
VIl
?/
su.
de1·ogacion.
Todos saben lo hecho en la As;tmalea de Bourges, don–
de se recibió
y
aprobo la pragmática sancion de Carlos VII,
que aunque ingra ta á los Po ntí fi ces, restauró la disciplina
eclesiástica, en espresion de Natal Alejandro. En otra oca–
sion hemos hablado del empeño que hicieron los P apas, pa–
l'a ']Ue los
suc~sores
de Carlos derogasen la pragmática,
y
de los medios que emplearon al caso,
y
con buen éxito.
La
' pragmática le estorbaba á la Curia que reportase muchas
ventajas.
15.
Epoca del Concilio T,-identino.
Es mui notable el informe que expidi ó una Congregacion
de Card enales
y
prelados, nombrada .por Paulo III para
que le espusieran los males
y
desórdenes que peclian cura–
cion
y
reforma.
E mpezaron notando, que "el principio de
toLlos los males estuvo en la adulacion de los doctores, que
enseñaban, que el Papa era Señor de todos los beneficios,
y
por consiguiente no podía ser re'o de simonía; de cuya
fu ente, como del caballo de T roya, quedó inundada la l gle·
sia de abusos, blasfemando las j entes del nombre de Cris–
to por culpa nuestra."
P rosiguen haciendo observacio–
nes sobre las reser vas, las espectativas, las encomie'nd as,
las dispensas
y
absoluciones, y concluyen así.. ." ¡oh do–
lor! cuánto reina la simonía en la Iglesia!
H a i quienes la
cometen, para pedir luego la
.~ bsolucion,
que compran, para
conservar le que compraron.
P enetrados los padres de T rcnto ele hts circunstancias de
su tiempo, dictaron decretos de reforma; pero no pudieron
h acer cuanto deseáran. Y los de )a Curia, que presenciaron
el dolor y las quejas del Concilio, quedaban serenos, como
si ellos no fueseu de quienes se tratá ra. A los curialistas
toca acreditar, que ellos han facilitado ,) Jos P apas los me–
dios el e sátisfacer los deseos del Concilio, que dejaba sus
esperanzas en la Santa S illa.
16.
.EtJocas posterim·es al Concilio.
Ahí
está
la historia . Ahl está la mil veces invocad a
ple-