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beneficios en los meses que pertenecen
á
los ordinarios":_
"Los Concordatos tienen fuerza de contrato solo impropias
mente, en cuanto al efecto; porque se presume que hai mas
difi cultad pam que los derogue el P apa; pero aun esto no e·
verdadero"- "EI Papa nada adquiere de nuevo en los con–
cord atos, sino que da de lo suyo,
y
es puro privilej io."
Z. Daü,·ia •·vmana.
Noso tros que nos hemos encargado de desacreditar, por
medio del raciocinio y de la historia , las pretensiones de la
Curia Romana; tenemos que poner
á
los ojos de nuestros
lectores, los tristes monumentos que ella ha levantado sobre
la absurda y fun esta base de la omnipotencia pontifical.
Nuestro trabajo estará reducido
á
rej istrar los escritos de
la Cmia,
y
traducir los pasajes de sus doctores.
A l habla r de la
D ataria
el Cardenal de Luca, empieza di·
ciendo, que " emprende su taréa únicamente por caridad, en
especial para con los de afu era, que teniendo negocios en la
Curia romana, deben sa ber el camino que han de seguir,
para no ser engañados por los
malos C!t?"iales,
ó
los ve·rdu–
g os inicuos
de
los bolsillos.
Observa luego, que antigua–
mente la Curia del Papa casi no despachaba ninguno de los
negocios que posteriormente han pertenecido á la Dataría:
que atendiendo al derecho comun, todos los beneficios ecle–
siásticos pertenecen al obispo en cuya diocesis están: que
poco
á
poco,
á
ruego el e los familiares
y
otros aulicos, el
Papa los recomendaba á los coladores ordinarios: c¡ue eran
mui ra ros los-casos, en que el colador ordinario no estimase
la recomendacion del Papa,
y
tuviese este que hacer uso de
su potestad de ordinario de los ordinarios.: que en Aviñou
comenzó á introducirse la reserva personal
y
rea l, ó de al–
g unos beneficios
y
dignidad es de gran calidad, y despues
las reservns de la Cancelaría; de suerte que, casi quedó ani·
quilado el pod er de los ordinarios en la col:¡cion de benefi–
cios: que como estas provisiones no se hacían públicamente
en consistorio, el Papa las olvidaba,
y
hasta daba un mismo
beneficio
á
varias personas, que por esto fué conveniente,
que tuviera un ministro confidencial, ó secretario, que cuí·
ti
ase de las solicitud es
y
de su despac ho, anotando el tiem–
po- adnotandi
DATAM
iem-poris:
que el nombre de
datm·ío