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<lerlas los S umos Pontífices, sin'tlerogar pot· eso .el,clecre·to
conciliar ;
:y
que G regorio X I V d erogó espresamente este
decreto." Consistía t>l vicio de las expecta tivas, en que dan –
dose un beneficio en vida <l e su poseedor para cuando hu·
biese de vaca r, quedaba el agraciado eh peligro de
c,lesear
la muerte del poseedor;
y
¿podía el Papa ' aparta•· al agra·
ciado del peligro de desear
la muerte, prescin diend o d e l
de recho de d erogar un decreto conciliar? Observan los erú–
litos, que durante e l gran cisnut se este,ndieron las reservae
y
las espectativas, dando los Papas d e Roma y de
~vi ño.n,
cada cual á sus fiunilia res y adictos, los be nefi cips, aun cuan–
do
tod a~:ia
no se ballasén vacantes.
'
5.
Plu.-alidad de benf!ftci os.
He :1quí una materia, eHqua á pot,fia a bund:1n
l:1
s~
ve.ri··
dad de los cánones,
y
la licencia de los in teresados. E l Con–
cilio 3.
0
de L etran, con el fin de repri'mir la avaricia, proh i–
bió severamente, que " nadie tuviese diversas dignidades y
muchas iglesias parroquiales, como sucedía con infraccion
de los cánones.'' E l Concilio
't.
0
del mismo. nombre Sfl las–
timaba, de gue tal pro\'idencia no hubiese producido fruto ,
ó sid o mu í raro, á causa <le la pt·esuncion
y
la codicia. T am–
poco este canon produjo todo el efecto que se necesitaba,
mayormente cuando e l mismo Concilio disimulaba el).Yi\l'.iQs
pu ntos la pluralidad d e benefioios,
y
pennitia, gue la siUa ·
apostól ica pudiese conceder dispensa e!l favor de los, suj etos
de alta j erarquía
y
de los literatos. A juicio del Docto Va–
n espen, "semej ante es presion en un decreto, en q)..le se cou–
d enaha la plura lid ad de beneficios, indicaba d e algLlll morlo
el camino de justificarla,
y
se aprobaba la dispensa, y como
q ue se ofrecía; llegand o
á
multiplicar;e de tal suerte las dis–
pensas, que parecían haberse convertido en derecho ord ina-
. rio. " Entre varios ej emplos que pud ieran citarse,
COl}
tente-
monos con el del Ca rdenal J uan de
!Yledici ~,
d espues L eon
X, que era canónig o de tres cated ra les, cura rector de seis
parroqu ias, cha ntre de F lorencia, prepósi to del Pn\ do,
abad de diez y ocho monasterios,
y
arzouis
po de Amalfi,
co n cuyo. motivo eselama asi el historiado1•'---¡qu.ot
in uno ju–
vene cumulata sacerdotia!
E l Tridentino trató seriament e
de esta materia,
y
proveyó lo conven iente, p rohibien do
t>n-