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,cada vez mayor
del
Clero Sécular y Regular -:
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c,on·~s
Eclesiásticas cada dia mayores: la enagenadon
cc n, inna de
'·'
, raices en los privilegiados: de suerte que poseen
L.
se:ta
parte
, de ellos casi la mirad de todas las Rentas del Reyno, y la
déci–
_,ma parte
de los ganados, sin contar lo que perciben en Limos–
" nas, Oblaciones , Misas , Sufragios y Herencias quantiosas ,
á
drulo de Obras Pías y de Fideicomisos.
,,
1
1
XXIX
,,
~ando
as Corres empezaron
a
solicitar
la
L"'y
, de Amortizacion, se estendieron aún á pedir, que las manos–
'' muertas vendiesen parte de las haciendas que tenian ;
y
con–
,, tribuyesen por las demás.
XXX
, Con rodo eso en aquel tiempo la Monarquía man–
" tenia Exérciros invencibles en Africa, Italia, Flandes y Ale–
" mania , reclutándoles con mucha facilidad. Tenia gran núme–
'' ro de Fábricas de Sedas, Paños, Armas y otras manufacturas:
,,
f~)lnentaba
una Marina superior
á
rodas las de Europa , que
,, triunfaba de las demas Naciones en rodas las partes del mun-
.,, do. Sus Aventureros conquistaron
y
poblaron toda la Améri–
,, ca , y penetraron hasta las extremidades del Asia. Las letras
y
,, las ciencias florecían ,
y
todo respiraba opulencia.
XXXI
,;
¿A que debe atribuirse la decadencia de la Agri–
" cultura, la despoblacion del Reyno , la falta de comercio,
y
,, la minoracion de las manufacturas
y
navegacion, sin6 á la de–
, sustanciacion , á que reducen á los Pueblos estas traslaciones de
, raíces en manos-muertas, extinguiéndose las familias ,
y
sa–
" lieodo muchos caudales por esta vía incesantemente dd Reyno?
XXXII
,Si en
el
tiempo floreciente rezelaba la Monarquía
,su rotal ruina, corriendo las adquisiciones de las manos-muer–
,, ras sin regla ; ahora que se está tocando el mal, vanamente se
, bus
caria otro origen , tal vez concurrirán algunas causas par–
" ciales ; pero ninguna tan cierta , ni tan ruinosa como esta
,, tras1acion ilimitada.
XXXIII
,Las manos-muertas,
á
quienes falta doi:acion ac–
, tualmente, tienen interes en que las Iglesias
y
Comunidades
, sobrantes,
Ó
dotadas de lo suficiente, no adquieran mas, por–
" que refluirán en ellas los efectos de la devocion. Por otro lado,
, estando necesitadas verdaderamente, no se les impide adqui–
" rir hasta la concurrente cantidad. Las unas no necesitan ya ad–
" quirir , y así la Ley no les daña; las otras hallan de la mis–
'' ma Ley mas pronto
el
auxilio. El Pueblo en esta justa medida
,; asegura su equilibrio;
el
Erario de
V.
M. retiene
sus
derechos;
,la