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sion y reso.lucion uel Gobierno.
Y
si en mi primera con–
teslaeion me permití expresar la alta confianza con que
esperaba que S.
E.
ó llevaría á P,[ecto su contestacion
Yerba! favorable
á
la pronta puulicacion del Jubileo; ó
pondría un nueYo
pase
<Í
la Encíclica
Quanta cum,
sin
tramitacion alguna, como lo hizo
motu
propio
en el ex–
pediente de Institucion de Obi pos, no quería dar
á
en–
tender con esto que suspendería mis procedimientos, si–
no que habiendo tiempo suficiente desde el
1.
0
hasta el
8 para que el Gobierno adoptase cualquiera de esas dos
mcdiuas, esperaba mas bien, se dignaría aprovecharle
para la conveniente resolucion, acreditando una vez mas,
que es decidido é invariable prote-ctor de la Religion Ca–
tólica, Apostólica. Romana, que
1::.
Nacion profesa.
Y
debió ser tanta mas segura mi conftanza en esta
parte, cuanto que se trataba de un J ubilco Santo conce–
dido en beneficio espiritual de los fieles, por el Vicario
de Jesucristo Nuestro Señor, que en nada podía compro–
meter el órden ni los derechos de la Nacion.
En mi oficio del 8 dije
á
US., es verdad, que en la con–
te tacion que tenia pendiente reproduciría las razones
en que apoyé el del
1.",
pero con esto no he agravado
mas mi procedimiento, como U
. cree, pues en mi pro–
pó ito, solo deseaba que S. E. en vista de mis razones re–
producidas y robustecidas, se persuadiese de la justicia
que me asistía para lleYar adelante el Jubileo. Por con–
siguiente la apertura de éste no ha podido sorprender ni
causar extrañeza
á
S.
E.
}lo por esto he querido hacer abstraccion del Gobier–
no ni trasgredir las leyes y las formas establecidas
y
elu–
dir la forma del expedíen te
y
demas documentos,·como
US. se sirve verificarlo. Jamás podré convenir en esta
aseveracion de US. tan contraria
á
mi acostumbrado res–
pelo
<Í
las leyes y
<Í
los Gobiernos de mi Patria.