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negacion
á,
presentar los documentos quo se le han exi–
gido para los efectos del
pase;
y
como por el oficio de
US. del día 7 se le dijo, que si ejecutaba la Bula sin re·
mitir préviamente esos documentos
y
obtener el respec·
tivo
pase,
se suspendería en el
acto
los emolumentos y
temporalidades, la amenaza se deja ver en claro, y ella
no tiene otro nombrc, en cl derecho, que el de una ver·
dadera conminacion, lJe,ada hoy
a~
efecto.
Asegura US. que he puest_o término á la discusion, vc–
rificando el mismo hecho cuya legalidad se cuestionaba,
y
que para mas agravar el procedimiento, dije á US. que
en mi coutestacíon que tenia pendiente reproduciría las
mismas razones que le dí en mi. oficio de
1."
del actual.
En esta comunicacion fuí bastante explicito para ma·
nifestar á US. que me hallaba en el caso de no poder re–
troceder; porque habiendo circulado mi pastoral á mé–
rito de la contestacion verbal de S. E., no era posible
que la retirase con violacion de los sagrados derechos
de la Iglesia, y con ultraje del decoro del Metropolitano.
El día de la apertura estaba señalado y anunciadas todas
las disposiciones para los efectos del Jubileo concedido
por el Supremo Pastor de la Iglesia Universal¡ á que se
agrega, que para este procedimiento me encontraba apo·
yado por las demas razones aducidas en mi oficio dell.
0
,
y
sin temor de quebrantar ninguna ley.
No es extraño, por tanto, que el dia 8 que era el de–
signado se verificase la apertura del Jubileo, en la santa
Iglesia Catedral, en medio de las ceremonias sagradas
correspondientes al culto, y sin que tuviese lugar el me–
nor acto que pudiese calificarse de ofensivo á la autori–
dad del Gobierno.
Si no hubiese dicho á US. tan clara y terminantemente,
corno lo hice, que no podía retroceder, se habría creído
justamente que suspendía el Jubileo, mientras
1:1
discu-