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las
á
su vigilancia pastoral
y
demarcilndoles los términos en
que debía limitarse, para poder proseguir ellos sus escur io–
nes apostólicas. Hé aquí el orígen y la demarcacion de los obis–
pados en determinados lugares. S. Pedro fundó primero su
silla en Antioquía donde estuvo siete años, dando forma y di–
rigiendo las demás iglesias , que de cerca ó á lo léjos se iban
erigiendo; yno la dejó para trasladarla á Roma, capital del im–
perio , desde donde podia atender mejor á los paises del Occi–
dente, sino despues de haber sustituido en su lugar
á
S. Evo–
dio,
y
aun designado á S. Ignacioque sucedió á este en aquella
silla , con la plenitud de jurisdiccion trasmisible á sus suceso–
res sobre todas las iglesias que babia creado y subordinado
á
la de Antioquía: de las cuales se formó una gran diócesis, lla–
mada despues
Oriental,
compue ta de quince provincias ,
á
saber, la Palestina, la Fenicia, Siria , Cilicia, Chipre , Ara–
bia , Isauria , Palestina saludable, Palestina segunda , Fenicia
del Líbano, el Eufrales, Siria saludable , la Esrohena, la l\le–
sopolamia
y
Cilicia
segunda (1). La iglesia de Alejandría la
fundó el mismo apóstol S. Pedro, enviando á ella con lodos sus
poderes,
igualmente trasmisibles á los sucesores , á su discí–
pulo S. Marcos, sujetándola, corno lo testifica el mismo con–
cilio
de
icea , las provincias deEgipto, Libia yPenlapolis (2) .
Colocada ya la silla apostólica en Roma , nos dice lnocencio 1
á principios del siglo v ,
ce
ser una L:Osa sabida de todos que
olo por el apóstol S. Pedro y sus sucesores habían sido insti–
tuidas las iglesias
y
sus obispos en Italia , las Galias , la Espa–
ña, Africa , Sicilia é islas adyacentes (3).))
San Juan erigió obispados en la Analolia y otras parles de
la Asia ; S. Pablo los fundó en Tr,salónica , Corinto, Atenas ,
Galacia
y
otros lugares , é institu yó
á
Timoleo en Efeso,
y
de–
jó
a Tilo en Creta con el encargo de que ostablPciese obispos
en las ciudades que le había ordenado. En todas estas erec–
ciones
y
demarcaciones de obispados los apóstoles
y
los roma–
nos pontílices de los primeros siglos procedían no solo sin el
consentimiento de la pote tad civil , sino Lambien al través de