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girle burlase los efectos del principio de enseñanza
laica sancionado en una ley de reciente fecha.
La simple insi.nuacion de un propósito semejante,
no formulado siquiera como consejo
llrivado, sino
como requisito de un pacto de reconciliacion con el
clero oficial de Córdoba, casi como un mandato ¿no
habria bastado en eualquier parte para señalar las
puertas del pai::; al diplomático que se hubiese per–
Initido tanta
y
tan ofensiva arrog·ancia?
El ministro de relaciones exteriores, cumpliendo
su deber, pidió al nuncio la debida explicacion de
sus procedimientos.
El nuncio, en vez de darla, agravó su conducta
con un nuevo acto de desco1nedinliento.
En térmi–
minos hirientes y provocadores exigió,
á
su vez,
explicaciones por artículos publicados en un diario
sin carácter oficial, sobre los cuales
el poder
ejecutivo ninguna medida represiva podia tomar,
sin violar las garantías
tutelare~
de la libertad de
iinprenta. No satisfecho monseñor Mattera
~on
tan
inusitadas provocaciones, dirigió al presidente de la
República una carta concebida en térnlinos ofensi–
vos
á
la dignidad del gobierno y del primer magistra–
do de la nacion, recordando hechos agenos al asunto
en debate
y
pretendiendo dar
á
la cancillería argen–
tina
leccione~
de diplomácia. Declaró en ella que no
darja las explicaciones pedidas, pues tal cosa irnplica–
ria reconocer en el gobierno argentino, con mengua