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ingerencia que le corresponde en el régin1en de
los seminarios.
El gobierno naciunal, segun entende1nos, se ha
propuesto únicamente,) darse el tiempo necesario
para preparar una nueva ley que garautize con
1nas eficacia la intervencion que le correRponde en
la tnarcha de los seminarios.
305.-.Algunos opinan, sin embargo, que en vez
de restablecer las subvenciones de los seminarios,
debe fundarse una facultad de teología en la
U
niver–
sidad de esta capital.
Este parecer lo conceptuamos errado y de inconve–
niente aplicacion. La medida seria nn expedien–
te, n1as no el medio de conjurar el mal que se trata
de
remediar, cual es impedir la formacion de un
clero con ideas preconcebidas en contra de deter.–
minadas instituciones civiles del país.
La juventud que
se propone
ingresar
á
la
carrera
eclesiá~tica
seguiría concurrie:1do" aun que
en proporciones 1nas reducidas,
á
los setninarios
soste~idos
con el exclusivo esfuerzo de los obispos,
y
la facultad de teología se vería poco 1nenos que
desierta. Resultado final: el clero nacional seria
mas deficiente cada clia.
En la falta de proteecion del gobierno
á
los semi–
narios" por otra parte, encontrarían los obispos un
nuevo título para negarle todo derecho de vigilancia
é
inspeccion. Esto producida nuevos
y
mas graves
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